Debía abrir el gran medallón plateado. Lo tomé en mis manos, de esto depende la vida de Andrew, no puedo tener miedo ahora. Lo abrí lentamente. No pasó nada.
Volví a buscar algo en el libro, entonces cayó un fino papel con destellos dorados.
No dejaré que vayas al castillo Oscuro, Miranda, entiéndelo. El verdadero medallón esta en un lugar seguro, alejado de ti...
¡¡Eric!!. Reconocí su letra sin siquiera ver la firma. ¿Qué rayos haré ahora?, no debo volver por el momento, no hasta que encuentre la forma de que Eric me apoyé, o hasta llegar a el castillo Oscuro. No recuerdo el modo en el que fui a parar allá...
-Espero que no lo hagas.-
-¡Mierda!.-
-Lamento asustarte.-
-Déjame ir al castillo Oscuro, por lo que más quieras Eric.-
-Lo que más quiero eres tu y no dejaré que vayas allá a arriesgar tu vida, ya hemos perdido suficientes.-
-Te odio.- Mascullé. Eric no se tomó la molestia de llevarme a casa, lo tuve que hacer por mi propia voluntad. Perdí, ¿acaso valía la pena seguir intentando?, no me daré por vencida, pero tendré que esperar.
-¡Eric!, no es posible que hayas traído a Miranda de vuelta.- Bufó Kate furiosa.
-No la obligué, viene por su cuenta.-
-Por supuesto, era eso o quedarme a vivir en la Torre Eiffel.- Me encerré en mi cuarto por el resto de la tarde, no tenía nada que hacer fuera de él. Ignoré cada vez que los chicos llamaban para que saliera.
-Miranda.-
-Vete al demonio.-
-Me quedaré aquí hasta que abras.-
-Pierdes tu tiempo.-
Su olor a chocolate entraba por las ranuras de la puerta, pasaron tres horas y no se marchaba... Di un suspiro y abrí.
-Y bien.-
-Al fin te dispones a dejarme entrar.- Cerró la puerta con seguro.
-Buena forma de encerrarme.- Me burlé.
-Lo sé, te podré vigilar, no podrás irte de nuevo.-
-Déjame ir al castillo Oscuro.-
-Nunca.-
-¿Por qué no?.-
-Porque eres mi mundo, sin ti simplemente no tengo nada.-
-Vamos juntos.-
-No.-
-¡Rayos!, hablamos de Andrew, de tu mejor amigo.-
-Lo sé, ¡por supuesto que lo sé!, pero no estoy dispuesto a arriesgarte, aunque hablemos de Andrew.-
-Pero...- Era inútil, nunca lograría que Eric me apoyará. Sus dulces ojos me hipnotizaron, en mi cabeza solo estaba él.
-¿Pero?.-
-No sé por qué me tomo la molestia de enojarme contigo sabiendo que tu logras hacerme olvidar todo solo con tu sonrisa.-
-Nadie se resiste a mi.-
-Tonto.-
-Un tonto muy guapo.-
-No mucho.-¿No mucho?, es el hombre más guapo, sexy, tonto, tierno, loco, sobreprotector y mal genio que he visto en toda mi vida. Él es mi debilidad.
-¿Sigues enojada?.-
-Tal vez.- Lo jalé del cuello de su camisa para acercarlo a mi, me vi reflejada en sus ojos marrón.
-Lo siento.- Dijo rozando mis labios.
-Eso no basta.- Me acorraló contra su pecho con fuerza mientras sus manos recorrían mi espalda, nuestros labios se juntaron en un beso frenético.
-Te amo.- Susurró en mi oído, su respiración agitada me produjo un escalofrió.
-Yo también.-
Yo ardía, mi polera desapareció sin que me diera cuenta, desabotone su camisa. Los besos desenfrenados se hicieron imparables, al igual que nosotros. El pantalón de Eric estaba tirado en la alfombra, el mío en el velador.
Caímos en mi cama, los labios de Eric recorrieron mi cuello hasta mi pecho.
-Esto estorba.- Dijo maliciosamente refiriéndose al brassier que aún seguía en su lugar.
-Entonces...- Mordí mi labio inferior.
-Me desharé de él.- Completó mi frase. Sentí sus manos en mi espalda, pero un grito proveniente del primer piso nos interrumpió.
-Maldición.- Protesté.
-¿Y ahora qué?.- Eric inquirió molesto y preocupado a la vez.
ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy Conny hahahhaahahahaaa como cortas asi? Primero pones re bueniiisiiimo el cap y luego interrumpis la escena pero no dejas ver quien interrumpe y que es lo que pasa...
ResponderEliminarSos misteriosa!! Hahaha
Segui pronto amiga :) esta buena la nove!
HOLAA!
ResponderEliminarO.o ¡NOOOO! ¡Con lo bonita que estaba la escena! ^^ jeje. Me a encantado, y el final, :S me as dejado muy intrigada, espero leerla cuanto antes :) POR FIIS!
BESOOOS ;)