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lunes, 23 de julio de 2012

Capitulo 23: Déjala ir



Ver a Miranda recostada sobre su cama la hace parecer más frágil de lo que es. Aún no puedo creer todo lo ocurrido en estos malditos días.      Al parecer la muerte no es el peor castigo para un ser como yo, el peor castigo es ver como la mujer que amo se desvanece ante mis ojos impotentes, pero ¿qué más puedo hacer? Aún vive y es gracias al chico lobo, no a mi.
-Eric, debes cazar, yo cuidaré de ella.-
-No quiero separarme de mi princesa, Kate.-
-Solo será una hora, nada nuevo pasará, ya lleva así semanas.- Es cierto, desde que regresamos de Dersiat, Miranda y Francisco siguen igual, nada ha cambiado, sus rostros demacrados no tienen expresión, solo algunos suspiros vagos salen de sus bocas... Pero no puedo, no me atrevo a dejarla ahí sola.
-El peligro ya paso.- Me recuerda mi amiga.
-Eso es lo que creemos. Laurent muerto no es significado de seguridad.-
-Pronto no podrás controlar tu sed, con Francisco en la habitación continúa no puedes correr ese riesgo.-
-Ok, ganaste esta vez.-
-Hay buenos venados en el bosque.-
-Cierra la boca.-Me veía obligado a cazar en el bosque. Nada de humanos o la tregua con la manada de los lobos se rompe. Si no fuera por ese muchacho, nunca hubiéramos tenido paz.
¡Genial! Una apetitosa mujer merodea el bosque. Quizás... ¡No Eric! Recuerda el trato.  Corrí entre los árboles hasta alejarme de aquella afortunada muchacha.
Un ciervo se acercó a la pradera. Mis instintos dominaron y clavé mis filosos colmillos en la arteria principal del animal, succionando toda su sangre hasta dejarlo seco.
Después de dar caza a 3 ciervos, decidí darme una vuelta por París, solo para pasar el rato, ¿cuánta diferencia hay si regreso? Miranda no parece mejorar... Y eso me mata lentamente, en sentido figurado por supuesto, aunque cada día que pasa me gustaría tener la capacidad de morir.
-Supuse que en algún momento tendrías que salir de casa, Eric.- Sabía que ese pensamiento iba dirigido a mi, tarde un segundo en descubrir el remitente. Andrew.
-¿Qué quieres Salvatore?- Mascullé tratando de mantener la calma, había muchos humanos alrededor, no era conveniente exponernos en una pelea.
-Sabes que no soy el culpable de esto. No más que tu.-
-¿A qué demonios te refieres? Habla claro.-
-A todo esto. Miranda y Francisco. Ellos no pertenecen a este mundo, hace mucho tiempo debiste dejarla ir. Es su destino, entiéndelo, es una princesa no un ser oscuro.- Sus palabras me golpeaban como bofetadas en la cara, no es la primera vez que me dice lo mismo.
-El destino no esta escrito.-
-Para Miranda si y lo sabes tan bien como yo. Por favor entra en razón, hay ángeles buscándola en este momento, el castillo de Shinoweth esta siendo recorrido por cada rincón buscando algún rastro de ella, tarde o temprano llegaran aquí, al mundo de los mortales, de estos simples seres.-
-Nunca. No serían capaces de romper sus propias reglas, solo los ángeles guardianes como lo era Cristina... tienen permiso de entrar a la tierra.-
-Créeme, lo harán, pronto encontraran los cuerpos en Dersiat, verán que Miranda ya no esta con su ángel y vendrán por ella y por el muchacho, después de todo, el verdadero heredero es él.-
-¿Y qué quieres que haga? ¿qué vaya y los deje en el palacio de la Luz? Jamás la volveré a ver.-
-Tu existencia, la de Kate e incluso la mía están en juego.-
Di un largo suspiro. Por más que quisiera negarlo, no puedo mantener por siempre a mi princesa oculta conmigo.
-Pero ella se rehúsa...-
-Porque te ama chico, Miranda te ama tanto o más que a su propia vida, incluso más que a su pequeño hermano.-
-Yo... También la amo, ¿lo oíste?- Alcé la voz más de lo que pretendía. -La amo y no sé como rayos pretendes que la deje ir... ¿Acaso si fuera Anne tu permitirías que se fuera así de fácil?- Anne, provoque una punzada de dolor en ambos. Hace mucho tiempo no sabemos nada de ella, desapareció y Andrew todavía no se puede perdonar el haberla dañado aún sin ser consciente. Tras un silencio que parecía interminable, Salvatore tomo la palabra.
-Aún en nuestro mundo, el amor eterno es cosa de cuentos de hadas, creí que ya tenías eso claro.-
-Pertenecemos a un cuento de hadas.-
-A un muy lúgubre cuento donde no hay hadas y los finales felices son remplazados por otros trágicos y ambiguos.-
-Espero que esta vez el final sea distinto.- Comenté con amargura. No me apetecía seguir escuchandolo pero no había mucho más que hacer.
Mi móvil vibró en el bolsillo delantero de mi pantalón, era Destiny, la chica loba.
-Eric tienes que venir de inmediato.- A pesar de estar al otro lado de la línea, podía percibir su voz quebradiza. Algo anda mal.
-¿Qué ocurre?-
-Debes ver esto.-

sábado, 14 de julio de 2012

Capitulo 22: Simplemente adiós





Vi a Cristina escupir sangre antes de caer a mis pies. Todavía tenía la espada que traspasaba mi pecho apuñada en sus manos. Eric la había matado, quizás muy tarde porque pronto yo seguiría a Laurent y Cristina al infierno.
-Miranda, cariño, mírame.- Suplicaba Eric apenas más consiente que yo de todo lo que paso en tan solo segundos. Laurent ha muerto, al fin nos hemos librado de él, pero por otra parte... Cristina, mi ángel guardián también ha dejado de existir... Ahora solo veía la punta de la espada traspasar mi pecho, el aire y la sangre se mesclaban en mi garganta, obligándome a toser, botando un montón de liquido espeso sobre Eric.
-Debes vivir. Por mi... Por él...- Seguí la dirección de su mirada. El lobo blanco y gris se encontraba tirado en el suelo con los ojos desorbitados, mis espasmos eran reproducidos exactamente en su débil cuerpo humano. Kate trataba inútilmente de calmarlo, si yo no mejoraba, él tampoco lo haría.
-Es... inu-til... Mori-re de... todas...formas...-Balbuceé.
-No puedes morir ¿oíste? ¡No puedes Miranda!- Por primera vez vi el dolor desgarrador en el rostro de Eric, sus intentos para mantenerme viva me hacían vulnerable.
-¿No...entien-des?- Apenas podía abrir los ojos, solo sentía fuego y sangre, dolor y derrota.
-Derrota no.-
-Si muero, tu mueres chico.-
-¿Y qué?-
-Tu debes vivir... Tu tienes todo, yo no tengo nada.-
-Tienes a Eric, a Kate, a mi.-
-Estarán bien sin mi, soy un monstruo. Tu estas vivo, tienes un hogar, amigos que te quieren, un futuro, yo solo tengo un destino incierto.-
-Pero, ¿qué pasará entonces? Somos hermanos...-
Ambos comenzamos a sollozar. Los espasmos no se detuvieron, al contrario, aumentaron y con más fuerza aún, mi cuerpo se retorcía y mi cabeza se golpeo contra el suelo, mi frente emano un hilo de sangre. Francisco también convulsionaba. Kate y Eric trataban de sostenernos para evitar los golpes, pero era en vano. El pelaje de Francisco, el piso y todo estaba teñido de rojo, la vista se volvió a nublar, la desesperación me invadió y de mi garganta salieron gritos terribles, eran como gárgaras. Grité y grité sin parar mientras Francisco aullaba. La escena era aterradora.
-¡Kate has algo!-
-No puedo Eric, si dejo al chico, Miranda se descontrolara todavía más.-
-Por favor princesa.- Suplicó Eric apretando mi mano. -¿Cómo rayos quieres que sobreviva si tu no estas? Miranda, te amo.- Sus palabras dieron un vuelco en mi interior. A pesar de que nada cambio, parte del dolor se calmo, acerque su mano a mis labios y la bese torpemente.
Entonces algo paso. Mis ojos estaban cerrados hace ya rato, por lo que no vi nada, pero escuché pasos desconocidos. Eric me abrazó. No, no me abrazó, intentaba protegerme de alguien, de cubrirme con su cuerpo para que nada me pasara. Francisco estaba casi inconsciente, en su mente solo podía ver recuerdos de Destiny, sus padres, la manada y míos.
-Eric, lo siento, lo siento mucho.-
-Vete de aquí Andrew, vete de una puta vez y deja a Miranda y Francisco en paz.- Dijo Eric cruelmente. -¿No te das cuenta? ¡Lo lograste! Cristina se convirtió en la esclava de Laurent, tu la convertiste, reconocí tu influencia en ella...¡Lo lograste! Cristina, nuestra amiga ha muerto y de paso destruyó todo lo que yo tenía.-
-Sabes que no estaba consiente, ¡Laurent me manejaba como un títere!-
-Creo que no es momento de discutirlo, si no te vas, los chicos no se calmaran. Al menos permite que mueran tranquilos.- Habló Katherine con rencor e impotencia.
-Yo solo...- No oí el resto de la frase, algo inesperado interrumpió mi concentración. Un latido proveniente de mi pecho, era débil, pero podía sentirlo. Otro latido y de repente mi corazón estaba funcionando de nuevo. Francisco se convirtió en humano, a través de sus ojos vi como Kate lo cubría con un capuchón azul y lo tomaba en sus brazos como a un niño pequeño y le acariciaba la cabeza con suavidad maternal. Abrí mis ojos pero no veía nada, una niebla espesa cubría mi vista. Volví a observar a través de Francisco. Andrew seguía parado al lado de Eric.
-¿Por qué su corazón esta latiendo?- Preguntó Eric asustado.
-No lo sé.- Todas las miradas se centraron en mi.
-El corazón de Francisco late con la fuerza de un tambor.- Agregó Kate.
-¡Maldita sea Andrew! Tu conoces el lazo que mantienen ellos dos, ¡danos respuestas!-
-No sé Eric, no pude averiguar mucho, si tu no te hubieras arrebatado por tus celos enfermizos con Johan y ella, quizás la manada me hubiera dado más información.- Contestó Andrew en forma de reproche.
Los dos vampiros se preparaban para golpearse, cuando algo los detuvo en seco.
Francisco y yo chillamos, nuestros corazones se movían frenéticos casi rompiendo nuestras costillas. Luego comenzaron a detenerse al mismo tiempo... Uno, ¿cuántas posibilidades hay de qué uno de los dos sobreviva?... Dos, ¿podemos vivir sin el otro?... Tres... Ya es muy tarde...
-Adiós Eric...-Susurré despacio...