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domingo, 19 de febrero de 2012

Capitulo 10: Huyendo de Eric


Guardé ropa en una maleta, pero Eric me detuvo.
-No tienes donde ir.-
-Y eso que, tengo suficiente dinero para arrendar una cabaña.- Bloqueé mi mente para que permaneciera fuera de ella. Yo no tenía dinero precisamente, pero Anne y Andrew si, supuse que no les importaría si tomo un poco, de todas formas lo repondría después.
-¿Dónde iras?.-
-Estrasburgo.- Conocía esa ciudad a la perfección. Anne me llevó allá, cuando las cosas estaban mejor. Entonces recordé que ella tenía una cabaña allá. Nadie lo sabía, ni siquiera Andrew, ya que ese era su lugar de descanso, nunca pensaba en él para que siguiera siendo secreto. Al parecer lo sigue siendo.
-Ni lo sueñes.-
-No lo soñaré, Williams, iré allá, quieras o no. Es lo mejor para todos.-
-No tienes donde quedarte, no tienes dinero. No puedes marcharte así como así. ¿Crees que Laurent se quedó muy tranquilo luego de que huimos de Dersiat?, por supuesto que no, esta vez no habrán descuidos, no estaremos dispersos en distintos lugares. Seríamos presas fáciles.-
-Eric, necesito estar sola, tengo que irme lejos. ¿No me entiendes?, he tenido sueños extraños, casi mato a Cristina, sin contar con mi sorpresiva transformación en vampira. Son demasiadas cosas que aún no asimilo del todo.-
-Sola no.- Me sostuvo firmemente como una boa.
-Lo lamento, pero no me dejas otra alternativa.- Me concentré al máximo y lo paralicé. El único don completamente desarrollado y que ahora me era de gran utilidad. Eric cayó al suelo, y del bolsillo de su chaqueta salió un enorme medallón de oro con incrustaciones de piedras preciosas. El medallón que yo necesitaba para rescatar a Andrew llegaba a mí por casualidad. Lo guardé en mi maleta junto a algunos libros que había sacado de la biblioteca previamente.
-Adiós Eric.- Salté por la ventana y prácticamente volé para no ser alcanzada por nadie. Sabía que no podría seguir manteniendo paralizado a Eric cuando ya me alejara de la gran mansión, por lo que debía llegar al centro de París pronto, no sería capaz de exponerse ante tantas personas. Escuchaba a Katherine y Eric llamándome, ya me habían alcanzad, pero ya era tarde, me subí a a un taxi que por milagro pasaba por ahí.
-¿Dónde va señorita?.-
-Necesito llegar a Estrasburgo.-
-Solo recorridos locales.- El chofer frunció el ceño creyendo que me burlaba de él.
-Hablo enserio.- Le mostré el dinero que traía en mi cartera, el hombre quedó sorprendido y asintió con la cabeza.
-Esta bien, pero es un viaje demasiado largo, sobre todo en auto, ¿no podría considerar viajar en avión?, al parecer tiene suficiente dinero.- Podía ver los ojos de Eric y Kate corriendo entre las sombras siguiendo al auto, si me bajaba, me atraparían. No, esa no era una buena posibilidad.
El señor me miro por el espejo retrovisor, tratando de saber si había considerado su idea.
-Si voy en avión.- Dije finalmente. -Estaré en problemas. Mi novio me esta buscando.-
-Una fugitiva de su pareja, ¿qué te hizo, cielo?.- Me hablaba de forma paternal, sus ojos verdes me recordaban a mi padre.
-Es algo muy complicado.- Su expresión mostraba compasión.
-¿Sabes?, mi hermano es oficial de policía, podemos ir allá a denunciar a tu novio, solo si quieres, claro.- Si fuera tan simple como eso...
-No se preocupe, estaré bien, nadie me seguirá allá... ¡Espere!.- Una magnifica idea surgió. El territorio de los lobos... Los vampiros no pueden entrar allá, pero yo si puedo, al fin ser princesa me es útil. Saqué mi agenda de la cartera y encontré la tarjeta que años atrás me diera Johan para ubicarlo, antes de saber que era lobo...
-¿Qué ocurre?.-
-Por favor, lléveme a este lugar.- Supliqué casi llorando, recordar a Johan dolía mucho.
-Esta bien, pero tienes que estar tranquila.-
-Muchas gracias. Ahí viven unos viejos amigos, ellos me podrán ayudar.-
-Esta bien.- El taxi aumento la velocidad y avanzamos al sur de París,  lado contrario de la gran mansión vampírica. Eric nos seguía a toda velocidad. Entonces se dio cuenta que estaba llegando al territorio de los licántropos. Me miro confuso, pero yo lo ignore. Él ya no podía seguir avanzando, se quedo parado sin poder hacer nada más.
El taxi se detuvo afuera de una cabaña.
-Muchísimas gracias señor.- Saqué un fardo de billetes y se lo di al chofer, habían al menos quinientos dólares.
-Es mucho dinero señorita, no o puedo aceptar.-
-No se preocupe por eso.- Me baje del auto y me despedí del gentil hombre.
Caminé con cautela, no sentía ruido alguno, todo estaba quieto.
-No des un solo paso más.- Una voz proveniente de atrás me exalto. Su aliento era tan caliente como una llama...

jueves, 16 de febrero de 2012

Capitulo 9: Remordimiento


-Miranda, cariño.-
-Mamá.- Corrí junto a ella, pero su olor me volvió loca, su corazón bombeaba sangre por sus venas, ese liquido rojo que tanto necesitaba para existir, mis colmillos filosos sobresalían en una sonrisa maléfica.
-Hija.-
-Miranda esta muerta, ¿no lo ves?.-
...
Me desperté asustada, mi sueño no fue nada más que eso, pero pudo ser real, simplemente pudo serlo.
Escuché a Katherine abriendo la puerta, se quedo parada al verme despierta.
-No te atacaré.- Dije apenada. Tenía cargo de conciencia...
-No es eso.-
-Lo lamento Kate.-
-No te preocupes.-
-Te ataqué, soy un monstruo, me porte como Shinoweth...- No pude evitar llorar al recordar a Laurent golpeándonos...
-No lo eres, solo eres inexperta, tienes apenas unos días desde tu transformación.-
-Eso no justifica que haya actuado como...- Actuado como lo que soy, un ser oscuro y maligno.
-¡Piensas estupideces!.- Dijo Eric molesto.
-Claro que no, casi mato a Cristina.-
-Miranda, tienes que entender algo: la sangre de los ángeles es excepcionalmente dulce, es casi imposible evitar sentirse sediento cerca de uno, mucho menos si solo tienes cuatro días desde tu transformación, a mi todavía se me hace difícil acercarme a Cristina ya que hace más de un año que no sentía su aroma.-
-Pero yo la ataque.-
-Y yo debí advertirte, supe que era Cristina antes de salir de tu habitación y no dije nada, fui irresponsable.-
-¡No es posible que me sigas defendiendo!, te golpeé, ¿recuerdas?.- Todavía tenia marcas de la golpiza.
-Laurent convirtió a Kate porque su aroma lo volvía loco, era esa la única forma de no matarla.-
-¿¡Qué!?.- Exclamamos sorprendidas.
-Estas loco, Laurent solo quería tenerme en su guardia, mis poderes son únicos, ni siquiera él puede controlar los elementos.- Las palabras salían de manera atropellada de la boca de Katherine.
-Sé lo que digo. Yo era la mano derecha de Shinoweth incluso antes de ser vampiro, sabía lo que pensaba de ti, tu eras su perdición, eras como Miranda para mi. Cuando te vio por primera vez con Victoria, quedó hechizado por ti...- Lo que Eric decía era que Laurent... Amaba a Kate.
-¡¡¡Cierra tu maldita boca, Eric!!!, eso no es cierto, ¡¡es imposible!!, ¿no te das cuenta todo lo qué hizo?, ¿todo lo qué me hizo?.- Kate estaba mucho más que furiosa, veía sus ojos llameantes cambiar de color a un carmesí intenso. Eric ni siquiera se altero.
-Kate, conozco a Shinoweth incluso mejor que él mismo, pasé con él más de la mitad de mi existencia, ¿acaso no te das cuenta de que he estado en su cabeza?.-
-Ni siquiera tus ancestros nacían cuando yo ya había sido convertida en esto, simplemente no tienes forma de estar seguro de lo que dices, las personas pueden manipular sus recuerdos.- Me sentía muy incomoda en ese momento, la conversación era algo personal de Kate, yo no debía escucharla, pero lo hacía porque a Eric se le ocurrió la grandiosa idea de decir todo en este preciso momento en el que las cosas ya estaban complicándose nuevamente.
-Será mejor que ya no hables Eric, solo haces más difícil las cosas.- Inquirí.
-Solo...- Lo callé poniendo mi mano en su boca.
-Debes ir de caza, con Cristina aquí es muy peligroso que estés sedienta.-
-Solo si tu vienes conmigo.-
-Ni lo sueñes, Stewart, beber animales es asqueroso, repugnante, nunca lo haría otra vez.- Me crucé de brazos y lo miré fijamente. Lo tiene que hacer, a menos que quiera que lo vuelva a golpear.
-No me golpearas niña, no te perdonaré si lo intentas.- Lo seguí mirando tratando de persuadirlo, pero nada. Quería cazar con él, verlo era mucho más excitante que cualquier otra cosa.
-Estas teniendo pensamientos inadecuados, señorita.-
-Ya tengo 19, soy mayor de edad legalmente.-
-Eric, ve con ella, Miranda no puede ir de caza conmigo, hay muchos excursionistas en esa zona.-
-Mucho mejor, quizás así se convierta en una vampira convencional.-
-Nunca seré una vampira convencional si soy una princesa, ¿no lo crees?.-
-Demonios, ¿qué rayos me haces para no poder resistir?.-
-Solo soy yo.- Guiñe un ojo y quedo embobado completamente.
-Yo me voy, no quiero ver lo que sigue.-
-Muy graciosa Kate.- Dije yo.
-¿Por qué no te agrada la sangre animal?.-
-Es completamente repugnante.-
-¿Pero nunca has pensado en qué matas a personas que tienen una vida?, ¿acaso eso no te importa?.-
-No es como crees Miranda, no cazó a niños o padres de familia, veo lo que hay en su cabeza, abusadores, asesinos... La escoria de París.-
-Pero eso no te corresponde, tu no puedes decidir matar a una persona a pesar de todo lo que haya hecho.-
-Pero...-
-Fuiste humano, ¿verdad?, tu no fuiste un buen chico, perteneciste a la guardia de Laurent, si algún vampiro con un don parecido al tuyo hubiese visto tu mente, tal vez no estarías conmigo.-
-Este no es un tema para discutir ahora. Debemos ir de cacería.-
-¿Vendrás?.-
-No tengo alternativa.-
-Eso creo.- Le di un beso tierno en la mejilla.
Fuimos al mismo lugar que la vez anterior, pero ahora fue más rápido, por lo que volvimos antes.
-¿Te sientes mejor?.-
-Mucho mejor, ya no me quema la garganta.-
-Hacerme beber sangre de venado te costara muy caro.-
-¿Qué quieres?.-
-Terminar lo que empezamos ayer.-
-No es mala idea.-
-Ja, claro que no.-
Terminamos nuevamente en mi cuarto, ya nadie nos podía interrumpir. Me estremecí con el contacto de su piel sobre la mía, me sentía completamente... Vulnerable.
-Eric...- Recordé lo que paso ayer, me comporte como el ser más detestable de todo el universo. No podía verlo sin sentir culpa.
-Oye, no fue culpa tuya.- Tenía el rostro triste, se sentó en el sofá y yo me quede parada cerca de la ventana.
-Tampoco de Cristina, Kate ni tuya.-
-Yo no...-
-¡No importa si no dijiste nada!.-
-No esta en discusión.-
-Entonces tampoco esta en discusión esto: me voy de París.-

viernes, 10 de febrero de 2012

Capitulo 8: El monstruo vence a la razón



-¿Qué rayos pasa?.-
-Solo quédate aquí.- Masculló Eric poniéndose la camisa tirada.
-¿Es malo?.-
-No lo creo. Cierra la puerta con seguro cuando salga, ¿esta bien?. Y por nada del mundo salgas de aquí.-
-Ok.- Vi su figura salir de la habitación, fui a la puerta y le puse seguro. Eric no se veía asustado, sino más bien, ¿despreocupado?, entonces no podía ser Laurent ni sus soldados oscuros, quizás algún tipo desafortunado que llegó por error aquí y vio algo que no debía ver, pero no había olor humano por ningún lado, ¿mis sentidos me engañan?, no lo creo, definitivamente no es un humano, pero, ¿qué?, ¿un vampiro forastero?...
Simplemente no soporte la curiosidad, salí de mi cuarto velozmente, rogando para que Eric no se molestará. Me quede parada en el descanso de la escalera, vi a Katherine junto a... El ser más apetitoso de todo el mundo, mi boca se lleno de ponzoña y mi garganta quemaba. ''Vamos, ataca'', dijo el monstruo interno que habitaba en un lugar oculto de mi cabeza. Solo será una persona, no moriré por ello, ¡ja, no moriré!, que ironía.
¡Mierda!, una corriente de aire llevo su aroma directo a mi rostro, golpeándome como una mole destructora, implacable, el olor más dulce de todo el mundo llego a mi, no lo pensé más, el monstruo ganó por sobre la razón en una batalla injusta. Me abalance sobre la chica rubia en menos de un segundo.
-¡Miranda!.- Gritaron espantadas tres voces al mismo tiempo. Kate me sostenía por la espalda y Eric se puso delante de mí. Di un gruñido aterrador y golpeé a Eric sin que este se diera cuenta mientras Kate me miraba sin poder moverse, ¡logré paralizarla!.
''Miranda ya no esta, yo domino''. Chilló el monstruo que me controlaba. En algún lugar estaba mi conciencia, rogando para que recuperará la compostura, pero era en vano.
-Detente.- Ordeno Eric que intento tontamente tomarme, claro que no lo haría, sus estúpido poder lector de mente no funciona conmigo ahora y su fuerza es inútil contra la mía, lo voté al suelo, produciendo un crujido estruendoso.
Vi a mi presa sorprendida al verme, no tenía miedo... La vi a los ojos.
''Hazlo''. Sus venas se veían a través su traslucida piel de porcelana, la tomé, y como si fuera uno de los animales a los que cacé, coloqué mis colmillos sobre su cuello...
Pero no podía. No podía  atacar a Cristina. Quede petrificada al darme que cuenta que era ella. Deje de controlar a Kate, quien me redujo en un segundo, no me  opuse esta vez. Cristina estaba llorando y yo quede en shock. Miré a Eric intentando levantarse del piso.
Eso soy yo: Una criatura sedienta, estuve a punto de matar a mi ángel guardián. El monstruo rió al igual que una hiena, burlándose de mi. ''Claro que eso eres, una acecina inconsciente, bebedora de vidas''. 
Me encerraron el el sótano, ninguno se atrevió a entrar conmigo, ni siquiera Eric. Sentí sus respiraciones afuera.
-No  podemos mantener a Miranda encerrada ahí para siempre.- Apeló Cristina. Su maldito aroma me llevó a todo esto. ¿Pero qué mierda tiene de especial?, fui capaz de golpear a Eric solo para beber su sangre.
-Eres un ángel Cristina, lo que corre por tus venas no es igual a la sangre humana, es pura y limpia, tu sangre es como un vino elegante de primera calidad, comparada con el vinagre que sirven en las cantinas baratas.-
-Katherine y tu no reaccionaron así.-
-Katherine fue un ángel, no humana... Y mi garganta quema cuando no he cazado, cuesta estar cerca de ángeles sin sentirse fuera de control.-
-Aún así...- Sabía que no había discusión, yo era el monstruo ahora, no hay defensa a mi favor, nada que me justifique más que mi insaciable sed.
Ya no los escuché más, el sueño llegó y no pude hacer nada contra eso...
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Hi Girls! :D Muchas gracias por los comentarios! La última vez qe subi cap olvide mencionar qe el blog recibio un premio de A solas con las palabras :D Tanks!!
Cuidense mucho! :D Pronto caps importantes :$

jueves, 9 de febrero de 2012

Capitulo 7: Debilidad



Debía abrir el gran medallón plateado. Lo tomé en mis manos, de esto depende la vida de Andrew, no puedo tener miedo ahora. Lo abrí lentamente. No pasó nada.
Volví a buscar algo en el libro, entonces cayó un fino papel con destellos dorados.

No dejaré que vayas al castillo Oscuro, Miranda, entiéndelo. El verdadero medallón esta en un lugar seguro, alejado de ti...

¡¡Eric!!. Reconocí su letra sin siquiera ver la firma. ¿Qué rayos haré ahora?, no debo volver por el momento, no hasta que encuentre la forma de que Eric me apoyé, o hasta llegar a el castillo Oscuro.  No recuerdo el modo en el que fui a parar allá...
-Espero que no lo hagas.-
-¡Mierda!.-
-Lamento asustarte.-
-Déjame ir al castillo Oscuro, por lo que más quieras Eric.-
-Lo que más quiero eres tu y no dejaré que vayas allá a arriesgar tu vida, ya hemos perdido suficientes.-
-Te odio.- Mascullé. Eric no se tomó la molestia de llevarme a casa, lo tuve que hacer por mi propia voluntad. Perdí, ¿acaso valía la pena seguir intentando?, no me daré por vencida, pero tendré que esperar.
-¡Eric!, no es posible que hayas traído a Miranda de vuelta.- Bufó Kate furiosa.
-No la obligué, viene por su cuenta.-
-Por supuesto, era eso o quedarme a vivir en la Torre Eiffel.- Me encerré en mi cuarto por el resto de la tarde, no tenía nada que hacer fuera de él. Ignoré cada vez que los chicos llamaban para que saliera.
-Miranda.-
-Vete al demonio.-
-Me quedaré aquí hasta que abras.-
-Pierdes tu tiempo.-
Su olor a chocolate entraba por las ranuras de la puerta, pasaron tres horas y no se marchaba... Di un suspiro y abrí.
-Y bien.-
-Al fin te dispones a dejarme entrar.- Cerró la puerta con seguro.
-Buena forma de encerrarme.- Me burlé.
-Lo sé, te podré vigilar, no podrás irte de nuevo.-
-Déjame ir al castillo Oscuro.-
-Nunca.-
-¿Por qué no?.-
-Porque eres mi mundo, sin ti simplemente no tengo nada.-
-Vamos juntos.-
-No.-
-¡Rayos!, hablamos de Andrew, de tu mejor amigo.-
-Lo sé, ¡por supuesto que lo sé!, pero no estoy dispuesto a arriesgarte, aunque hablemos de Andrew.-
-Pero...- Era inútil, nunca lograría que Eric me apoyará. Sus dulces ojos me hipnotizaron, en mi cabeza solo estaba él.
-¿Pero?.-
-No sé por qué me tomo la molestia de enojarme contigo sabiendo que tu logras hacerme olvidar todo solo con tu sonrisa.-
-Nadie se resiste a mi.-
-Tonto.-
-Un tonto muy guapo.-
-No mucho.-¿No mucho?, es el hombre más guapo, sexy, tonto, tierno, loco, sobreprotector y mal genio que he visto en toda mi vida. Él es mi debilidad.
-¿Sigues enojada?.-
-Tal vez.- Lo jalé del cuello de su camisa para acercarlo a mi, me vi reflejada en sus ojos marrón.
-Lo siento.- Dijo rozando mis labios.
-Eso no basta.- Me acorraló contra su pecho con fuerza mientras sus manos recorrían mi espalda, nuestros labios se juntaron en un beso frenético.
-Te amo.- Susurró en mi oído, su respiración agitada me produjo un escalofrió.
-Yo también.-
Yo ardía, mi polera desapareció sin que me diera cuenta, desabotone su camisa. Los besos desenfrenados se hicieron imparables, al igual que nosotros. El pantalón de Eric estaba tirado en la alfombra, el mío en el velador.
Caímos en mi cama, los labios de Eric recorrieron mi cuello hasta mi pecho.
-Esto estorba.- Dijo maliciosamente refiriéndose al brassier que aún seguía en su lugar.
-Entonces...- Mordí mi labio inferior.
-Me desharé de él.- Completó mi frase. Sentí sus manos en mi espalda, pero un grito proveniente del primer piso nos interrumpió.
-Maldición.- Protesté.
-¿Y ahora qué?.- Eric inquirió molesto y preocupado a la vez.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Capitulo 6: No volverás a la oscuridad

Sabía que la posibilidad de hallar con vida a Cristina y Anne era casi nula, pero no quería creerla, prefería pensar que estaban bien y que pronto volverían a casa, aunque tardaran años...
Eric sabía lo que yo pensaba, y estaba en contra de aquello, decía que solo me creaba falsas expectativas, pero él también optaba algunas veces por figurarse que no habían muerto. Además, ¿quién tenía la certeza de que realmente ellas dejaran de vivir?, nadie lo sabía.
Nuestra actual preocupación era encontrar la forma de liberar a Andrew de si mismo, Eric ya había dicho que su mente había sido manipulada, algo que no manejo bien, a pesar de que hice algo similar por unos instantes con los soldados de la Oscuridad, pero no sabía dominar el don. Estuve practicando con Katherine, pero solo lograba controlar parte de su mente, algo insignificante. Sí lograra manejar bien mi poder, podría liberar a Andrew.
-Hola Eric.-
-Hola Miranda.- Sus dulces ojos marrón eran mi perdición, podía quedarme mirándolo durante horas sin molestarme.
-Déjame encargarme del desayuno, ¿quieres?.- Dije al ver que se disponía a prepararlo.
-¿Tan mal lo hago?.- Preguntó haciendo puchero.
-Podría decirse que quemas las tostadas, la leche te queda muy espesa, los huevos revueltos se pegan en el sartén, le hechas casi medio kilo de café a una sola taza...-
-Que malvada eres.-
-Gracias, ya lo sabía.-
Hice huevos revueltos, tostadas, jugo de naranja y un poco de café. Eric se conformo con arreglar la mesa.
-Eres hermosa, ¿lo sabías?.-
-¿Qué te ocurre?.- La actitud de Eric me empezaba a preocupar, nunca había sido así, tan... tan... ¡No lo sé!, es distinto.
-Desde que estuve a punto de perderte en Dersiat, me prometí cambiar, no volveré a ser el mismo idiota que te dejo ir hace un año.-
-Es sorprendente, una linda sorpresa, pero aún hay...-
-Sé a que te refieres, pero es demasiado tarde para hablar de ello, ¿no lo crees?.-  Algunas veces olvidaba que Eric podía entrar en mi cabeza y saber lo que pensaba.
-¡Hola chicos!.- Saludó alegremente Katherine mientras entraba a la cocina.
-Hola Kate.-
-¡Juum!. Esto huele bien, de seguro Miranda preparo el desayuno.-
-Si, yo lo hice.-
-¡Fantástico!, todos en mi contra.-
-Lo lamento, pero aunque alguna vez fuiste un buen chef, ahora no sabes ni siquiera preparar café.-
-Algún día recuperaré mi don en la cocina, ya lo verán.-
-Eso pasará cuando los gatos vuelen.-
-No será difícil, cuando aprendas a controlar la levitación.-
-Cambiando el tema, ¿me pueden decir dónde hay una biblioteca?.-
-Segunda puerta por el pasillo principal en el tercer piso.- Respondí.
-Woow, su casa es gigante.-
-En realidad no es nuestra casa, es de Andrew y Anne.-
-Ooh.-
-Bueno, el desayuno esta listo, ¿comemos?.-
-¡Si!.-
La biblioteca inmensa era el lugar favorito de Anne, se pasaba horas leyendo libros de distintos autores, sobre el amor, la vida, filosofía... Un sinfín de temas. Como la extraño.
Deseé no ser la única que no puede dejar de pensar en los chicos. ¿De qué forma puedo ayudar a Andrew?, solo de él sabía la ubicación... Cuando logré controlar a los soldados de Shinoweth, no estaba consiente de lo que hacía, solo fue instinto de sobrevivencia, ¿y si... vuelvo a el castillo Oscuro?, tal vez pueda funcionar, ahora no soy una niña débil, soy una vampira con poderes... Solo debo saber como llegar allá...
-No lo harás.- Gruñó Eric. ¡Maldición!, él y su estúpido poder lector de mentes.
-De alguna manera lo lograré.- Mascullé.
-No lo permitiré.- ¡Claro que si lo haré!, es Andrew, mi amigo, nuestro amigo, si alguien podía ayudarlo a regresar, era yo, nadie más, a excepción de Laurent, podía controlar la mente. Por supuesto que lo haría.
-¡No te arriesgarás!.- Dijo exasperado. Kate nos miraba intrigada, no entendía ni una sola palabra de Eric, ni mi expresión molesta.
-Puedo sola.-
-Soy capaz de encerrarte en el sótano si sigues con esa idea.- Hazlo... Si puedes. Sabía que en este momento era más fuerte que Eric y Kate juntos, un simple sótano no sería impedimento para irme, bueno, solo si lograrán encerrarme...Eric me fulminó con la mirada, se paró e intento tomarme, pero lo esquive rápidamente.
-¡Miranda ven aquí!.-
-¿Qué tan idiota crees que soy, Williams?.- Kate seguía mirando nuestra pelea sin comprendernos.
-Lo suficiente para distraerte.- ¡Maldita sea!, tuve a Eric en frente mío, estuvo a punto de tomarme, pero Kate intervino.
-¡Eric!, deja a Miranda.-
-¡Quiere ir a el castillo Oscuro!.- Kate me miro y dudo por un segundo, pero sorprendentemente, me apoyó.
-Debes dejarla ir.-
-¿Estas loca?, si Laurent la ve, la matará, o la controlara, no es lo suficientemente fuerte para luchar.-
-Es más fuerte de lo que crees, nadie ha sobrevivido en Dersiat más de una semana, Miranda estuvo ahí más de un año. Tu no sabes lo que nos hizo Laurent, ni te lo imaginas, pero ella fue capaz de sobrevivir, ¿crees que eso la califica como un ser débil e indefenso?, puede derrotarte si intentas retenerla, lo sabes. Tal vez no sea la vampira más imponente, pero es valiente y hábil, tiene dones magníficos que puede utilizar en su defensa.-
-Es solo una niña, aunque logré entrar, ¿crees que los soldados la dejaran avanzar?, claro que no, la volverán a encerrar, no controla sus poderes, es solo una neófita inexperta, Laurent es un vampiro legendario, ha sobrevivido durante nueve siglos a cazadores de vampiros, ángeles... Es inmortal en la totalidad de la palabra, ya no hay forma de matarlo, no pudimos deshacernos de él cuando las saqué de Dersiat porque simplemente él ya no muere.-
-¡La idiota neófita inexperta sigue aquí!.- Bufé. No sabía cuanto duraría Katherine de mi lado, por lo que me encerré en la biblioteca. Andrew guardaba libros vampíricos en donde habían mapas de todo los lugares sobrenaturales, dijo que siempre son necesarios. Este es un buen momento para usarlos. Guardé un libro con un grueso encuadernado rojo en mi mochila. No percibí el aroma de los chicos cerca pero Eric ya estaba subiendo por las escaleras. Abrí el ventanal de la biblioteca y salté, sin siquiera hacerme un rasguño.
No podía pensar en lo que haría para llegar allá mientras Eric pudiera leer mi mente. ¡Tonta!, puedo bloquear mis pensamientos. Lo hice felizmente. No me detuve en mi carrera, no había indicios de que Eric me siguiera, pero eso no significaba que estuviera segura.
Estaba llegando al centro de París, todo lleno de humanos. Mis sentidos estaban atontados, el olor a sangre llenaba cada espacio, no podía pensar, pero si quería rescatar a Andrew debía concentrarme.
Saqué el libro que había guardado en mi mochila. Al abrirlo, me llevé una sorpresa, en medio había un collar con un gran medallón. No me atreví a abrirlo. Busqué en las páginas alguna respuesta. En la contra tapa del libro estaba escrito con tinta negra que la única forma de ir al lugar de donde pocos regresan, era abrir el medallón, la perfecta letra era de Andrew.

martes, 7 de febrero de 2012

Capitulo 5: De vuelta en casa


La luz del sol entraba por la ventana, haciendo que la habitación se inundara de claridad. Estaba en mi cama, demasiado cansada y  con quemazón en la garganta. Escuche los pasos de Eric en la puerta.
-¿Estás despierta?.- Indagó.
-Eso creo.-  Entonces entró trayendo una bandeja con mi desayuno: Un tazón con café con leche, tostadas con miel y una botella con algo que no podía ver, ¿sangre?, el solo pensar en ello me inquietó.
-Comete todo.-
-Muchas calorías.- Me burlé, él levanto una ceja y luego rodó los ojos.
-Eres una vampira, no subirás de peso.-
Me tomé toda la leche y me comí todo el pan, pero me rehusé a beber el contenido de la botella.
-¿Qué ocurre?.-
-¿De dónde sacaste la sangre?.-
-Humanos.-
-No la tomaré.- Katherine había sobrevivido tomando solamente sangre animal, yo haría lo mismo, no mataría a un inocente para vivir.
-Por favor, no vengas con líos ahora, desde tu transformación no has...- Lo interrumpí antes de que terminara.
-No lo haré si eso implica matar a otras personas para poder sobrevivir.-
-Morirás de inanición.- Bufó molesto.
-Katherine ha vivido de animales, yo puedo hacer lo mismo.-
-Katherine...-
-¿Dónde esta?.-
-Esta de caza en el bosque.-
-Llévame.-
-¿Estas loca?, eres una neonata peligrosa, no podrás controlarte si aparece un humano, la sangre animal no sacia la sed completamente, solo la calma por poco tiempo.-
-Entonces sal de mi cuarto.- Eric tomó la bandeja y se la llevó. En mi cabeza había una larga lista de preguntas que esperaba hacer, pero en este momento solo tengo interés de hallar a Kate, ella si estaría dispuesta a ayudarme. Me di una ducha, tenía bastantes cicatrices, todas hechas por el maldito Laurent. Me puse unos jeans, una blusa a cuadrille y converse negras. Salí de mi cuarto y antes de llegar a las escaleras Eric me detuvo.
-Te llevaré de caza, pero no con Katherine.-
-¿Por qué?.-
-Porque no podemos arriesgarnos a encontrarnos con algún humano desafortunado, te llevaré cerca.- Suspiro resignado, sabía cuanto odiaba que no se hicieran las cosas a su modo.
-Esta bien.-
-Ni creas que esto será así de fácil niña, me debes una.- Dijo sonriendo con malicia.
-Tonto.- Luego entendí porque Eric no quería ir de caza, él también debía consumir sangre animal, era la única forma de enseñarme.
Corrimos hacía la parte trasera de la casa, había olvidado lo grande que era, seguimos hasta llegar a un enorme bosque, ¿acaso también pertenecía al territorio de la ya gigantesca mansión?.
Eric corrió en busca de su presa, un enorme ciervo, clavó sus colmillos en el cuello del animal, mientras este trataba inútilmente de liberarse. No lo consiguió. Los músculos de Eric se marcaban debajo de su camisa, dejándome atontada con su belleza, mordí mis labios para evitar decir algo estúpido.
Al terminar, el sexy vampiro se limpio los rastros de sangre.
-¿Aprendiste algo?.-
-Si, aprendí que debo verte cazar más seguido...- Volví a morderme los labios. Eric me miro reprobándome.
-Se supone que debías ver la forma en la que cazó, no verme a mi y mis músculos.-  Me avergoncé.
-Eres demasiado distractor, no es mi culpa que seas extremadamente guapo.- Me defendí inocentemente.
-Se supone que debes estar deseando alimentarte.-
-Si, es verdad.-
-Aquí solo hay ciervos y zorros, déjate llevar por tus instintos, ¿qué sientes?.- Sentía el palpitar del corazón de un animal pequeño, su sangre recorriendo sus venas, cada parte de su cuerpo, mis instintos dominaron mi mente, corrí velozmente y di caza a un zorro, la tibieza de el liquido rojo me satisfacía, mi cuerpo se calmaba y mi garganta dejo de quemar. Sentía como ingresaba hasta la última gota. Quería más.
-Lo has hecho bien.-
-Quiero más.-
-Te dije que la sangre animal no sacia completamente tu sed.-
-No importa.- Fui en busca de mi siguiente presa. Un ciervo estaba comiendo en el prado, lo tomé desprevenido, y al igual que con mi primera captura, bebí toda su sangre. Al fin estaba satisfecha.
Eric dio caza a otro ciervo en el camino de vuelta a casa. Al llegar, estaba Kate sentada en la entrada.
-Hola chicos.-
-Hola Kate.-
-¿Llevaste a Miranda de caza?.-
-Si.-
-Sabía que su conciencia no la dejaría cometer un crimen como el de matar a una persona.-
Todos entramos, subí rápidamente a mi habitación para darme un baño, mi ropa estaba sucia, y yo apestaba a animal.
Eric estaba en la cocina preparando el almuerzo.
-¿Qué es eso?.- Indagué viendo el extraño contenido de la olla.
-Inventos culinarios.-
-¿Se come?.-
-Eso espero.-
-Debemos hablar, ¿no crees?.-
-Lo sé, pero no ahora, necesito inspiración para poder preparar esto.- Le di un beso en la mejilla y lo deje solo.
Necesitaba saber que había ocurrido en Dersiat, lo último que recordaba era que había paralizado a Laurent, nada más. ¿Dónde estaba Cristina?, ¿Andrew?, ¿Anne?. Vi a Anne cuando estuve encerrada en el castillo de Laurent, pero no volví a saber nada de ella, ¿estará viva?, ¿estarán vivos los demás?...
El almuerzo quedo hecho un desastre, por lo que Kate pidió una pizza. Cuando terminamos de comer, Eric me tomó de la mano, levantándome de la silla.
-Debemos conversar.-
-Si.- Contesté.
Salimos de la mansión y nos sentamos debajo de un enorme árbol..
-Has las preguntas.-
-¿Qué paso en Dersiat?.-
-Dejaste inmóvil a Shinoweth, las solté de sus cadenas y con ayuda de Kate, coloqué los grilletes en sus brazos y pies, lo encerramos en la celda y salimos.-
-¿Por qué no lo recuerdo?.-
-Usaste más energía de la que tenías, quedaste agotada.-
-¿Dónde están los chicos?.- Su expresión calmada cambio, estaba triste.
-Andrew sigue en el castillo de la Oscuridad, no puedo hacer nada, solo él puede liberarse, él cree que su deber es pertenecer a la guardia de Laurent... Me atacó cuando estaba a punto de entrar a tu celda.-
-Los huesos rompiéndose y los chillidos de dolor... ¿eran de él?.- Movió su cabeza en forma de afirmación. Mi amigo Andrew estaba en nuestra contra. Un nudo en la garganta fue formándose. Eric también se veía profundamente apenado, Andrew era su mejor amigo, el único capaz de controlarlo y entenderlo...
-¿Cristina y Anne?.-
-No lo sé, ambas desaparecieron, las busqué durante mucho tiempo pero no había rastro de ellas, como si la tierra se las hubiera tragado.-
-¿Crees que Laurent las mató?.- Dio un suspiro y me miro a los ojos.
-Es lo más probable.- El nudo que se había formado en mi garganta creció más. Me largué a llorar sin consuelo. Eric me arrulló en sus brazos, tratando de contener mis lagrimas, pero era imposible.
-Tal vez no volvamos a ver a Cristina y Anne.- Me aferré a él buscando protección del tormento. Ambas muertas. Los ojos de Eric se habían humedecido también. Lo abracé con fuerza. Escondí mi rostro en su pecho. Las lagrimas cesaron pero el dolor no.
-Lo siento, no debí decirlo.-
-Esta bien, yo debía saber.-
-¿Otra pregunta?.-
-Tal vez... ¿Qué pasará ahora conmigo?.-
-Nada, tu te quedarás conmigo, no dejaré que nada te pasé.-
-Soy una princesa.-
-Eres una princesa oscura, eres una vampira.-
-Pero tu alguna vez dijiste que eso solo podía retrasar un poco las cosas, no significaba nada importante.-
-Lo sé, pero si te dejo ir, no te volveré a ver.-
-¿Por qué?.-
-Soy un vampiro, un ser oscuro, malvado.-
-Tu eres Eric.-
-¿Eso cambia las cosas?.-
-No...-
-No lo hace...- Dijo para si mismo.
-Arriesgo demasiado reteniéndote junto a mi, pero si no te tengo, pierdo todo, mi mundo, mi razón de existir, sin ti no se que sería de mi, Miranda.- Nunca había sido tan sincero respecto a sus sentimientos. Me sorprendió y me apeno, aún había un tema que no aclarábamos. Un tema duro y lastimoso, donde uno de sus participantes había muerto... Johan.
-Eric...Tengo miedo, no quiero tener que asumir un rol que siento ajeno, solo quiero quedarme aquí.-
-Nadie te alejara de mi, te protegeré siempre.- Sus brazos me volvieron a rodear firmemente, yo me quede quieta, cerré los ojos y pensé en como había vuelto a cambiar mi vida otra vez.
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Hola!! :D Le doy la bienvenvenida a las lectoras nuevas :D 
Me alegre mucho al ver los 5 comentarios! Muchas graxias :D