Abrí mis ojos lentamente, ahora todo estaba oscuro, la tenue luz que había, no era suficiente para alumbrar esta... ¿celda?.
-¡Oh! ¡¡Al fin has despertado, Miranda!!.- Chilló una chica junto a mi.
-Emmm...-
-Soy Anne, por favor, dime que me recuerdas.-
-Tal vez no lo vuelva a hacer.- Dijo un tipo alto... El mismo que me afirmaba la muñeca en la pesadilla...
-¡¡¡Maldito demonio!!!, ¡¡Miranda, por lo que más quieras!! No puedes olvidar todo, te lo suplico.- La voz de la chica estaba quebrada, pude imaginar que sus ojos estaban llenos de lagrimas, pero yo no podía hacer nada.
-Lo siento, yo no... Yo no sé quien eres, o al menos no te...-
-Ya sabes las reglas Anne Tyler, si la chica no asume el poder, terminara para ella... Y para ustedes.- El sujeto salió de la celda, dando un portazo.
-¡¡Te enviaran a Dersiat!!. En algún sitio de tu memoria esta todo lo que debes saber, pero si no lo recuerdas...- La chica estaba adolorida, sus chillidos la delataban.
-¿Qué rayos es Dersiat?.-
-¡¡Es algo peor que el mismo infierno!! Miranda, te despojaran de tu alma y tu cuerpo quedara vivo, encerrado en alguna parte desolada, mientras tu alma deambulara sin descanso, tratando de liberarse de ti. ¡¡Es algo horrible!!.-
-¡¡Nooo!!. Esto es otra pesadilla, ¿verdad?. ¡¡¡Maldita sea!! ¡¡Estoy completamente loca!!. Esto no es real.- Mis lagrimas brotaron de mis ojos, y, en un instante, surcaban mis mejillas como dos riachuelos.
-Esto es real, te lo puedo jurar.- Mis instintos decían que no debía creer en nada, que todo esto iba en contra de la lógica y que en alguna parte de mi cerebro debía mantener algo de cordura, pero algo más fuerte que mis propios instintos, surgió de la nada, y me obligaban a creer en todo lo que ocurría, en lo que Anne decía.
-Estoy cansada, Anne, he estado tratando de hacer encajar piezas para lograr armar mis recuerdos rotos, pero no puedo, hay vacios en mi mente, las cosas más importantes no las recuerdo. Yo tengo... o tuve una hermana, y no lo sabía, hasta que la vi en mis pesadillas, ¿crees que esto es algo facil?.-
-Sé que esto debe ser difícil y muy doloroso, pero has un esfuerzo, has el último esfuerzo, te lo ruego. Miranda, de ti depende la paz y el orden del mundo... Sin ti, todo acabara, todos estaremos sometidos a la esclavitud de la maldad. Solo has un último esfuerzo.-
- No me pidas eso no creo que pueda hacerlo.-
-¿Recuerdas a Eric?, ¿Eric Williams?.- Todo lo que aparecía en respuesta a ese nombre era, la imagen de un chico de ojos marrón mirándome fijamente con rabia y decepción.
-No lo sé... ¡¡No lo sé!!.- Debo salir de aquí, debo despertar, o... ¡¡¡No sé que demonios hacer!!!. Una parte de mi cabeza me dice que esto no es real, pero otro me dice que cada cosa que ha pasado es cierta.
-Entonces, estamos perdidas.- Me senté en el suelo y me abracé a mis piernas, lloré y me prohibí pensar en cualquier cosa. Pero no lo lograba. Después de un largo momento de silencio, decidí hablar.
-¿Quién soy yo?, ¿cómo llegué a esto?, ¿por qué?.- Eran muchas más las preguntas que tenía pensadas, pero eran estas las que más me interesaban.
-Tu eres Miranda Stewart, vivías en Seattle junto a tus padres Adam y Sophi , a tu hermano Sebastián y... a tu hermana Chelsea. Tu existencia era normal, pero solo duro hasta la aparición de tus pesadillas, las que se fueron haciendo constantes. Así pasaron algunos años, hasta la llegada de Eric y Cristina a tu vida, el día de la muerte de tu hermana Chelsea. Desde ese día, te has visto envuelta directamente con lo sobrenatural. Debiste huir de Seattle para proteger a tu familia de los demonios que estaban en tu búsqueda. Así llegaste a mi casa en París, Francia, junto con tu ángel guardián o mejor conocida como Cristina y Eric.
Habíamos estado viviendo ''normalmente'' por unos días, pero te reencontraste con un viejo amigo, Johan Onell, el que salió huyendo de Seattle por ser un hombre lobo. Discutiste con Eric por no haberte dicho de la estadía de Johan en París. Te juntaste con Johan y todo volvió a cambiar drásticamente cuando decidiste cambiar al vampiro por el lobo. Cristina y tu se fueron de la casa para evitar una pelea mortal entre tus dos amores, pero lo que no sabías era que, todo era una trampa del ejercito de la oscuridad, donde Johan, Eric y tu eran victimas. la idea era sacarte de nuestra casa para dejarte con una mínima protección, así poder atraparte y matarte, lo que ellos no esperaban era que tu ya estabas desarrollando algunos poderes, o quizás lograste hacerlos en el mismo instante, dominando la mente de los demonios...-
-¿Qué?, ¿yo domino mentes?.- Hasta ahora había permanecido en silencio, escuchando la narración de mi vida, pero al oír que yo tenía poderes, no pude contener mi curiosidad.
-Eres una princesa, tu puedes hacer uso de todos los dones. Tu tienes el poder de controlar la mente de otra persona con tu sola mirada, al igual que de sus cuerpos, manejando cada acción que ellos realicen, lo único que no puedes hacer es la manipulación de sus almas o espíritus, eso esta en contra de todas las reglas, esta prohibido.-
-Woow.-
-Bueno, los demonios al darse cuenta de que no podían aprisionarte, hicieron uso de un poder extraño, te encierran en tu mente, convirtiendo a esta en un verdadero laberinto en donde es casi imposible encontrar la salida, todos tus temores están ocultos ahí dentro, y si no logras salir a tiempo, mueres en tu peor pesadilla. No se como, pero tu encontraste la salida de ese laberinto del terror.-
-En realidad... No encontré la salida.-
-¿Qué?.- Exclamó Anne.
-Unas chicos... Una chica rubia de largo cabello y un chico de ojos marrón, me ayudaron.- Dije tímidamente.
-¡¡¡Cristina y Eric!!!.-
-Eso creo, la chica pronuncio unas extrañas palabras y... Desperté.-
-¡¡Maldición!!. ¡¡Eso significa que ellos estaban atrapados en el laberinto!!, si no lograron salir contigo, significa que siguen atrapados... O... ¡Nooo!.- Anne volvía a llorar, pero esta vez, desesperadamente. -Ellos pueden estar muertos.-
La gran y pesada puerta de metal, se abrió lentamente, dejando ver a una misteriosa chica, de ojos rojos brillantes y cuerpo exuberante.
-Miranda, debes acompañarme.- Su voz sonaba suave, pero autoritaria. Dejo ver dos filosos colmillos. Me levante de inmediato, pero Anne me afirmo de la muñeca.
-Ella se queda.- Dijo, mostrando también un par de blancos y relucientes colmillos.
-Querida, sabes como son las cosas, o la sueltas, o tu querido Andrew sufrirá las consecuencias.- Anne estaba confundida.
-¿Andrew?.-
-Si, él esta aquí, trato de ser el héroe del día, pero solo consiguió ser encarcelado.-
-¡Malditos demonios!.-
-Pero no te preocupes, Andrew no lo esta pasando mal, sino todo lo contrario.- La vampira saco de su bolsillo, una especie de espejo, dijo un conjuro en algún idioma extraño, y se mostro la imagen de un hombre acompañado por dos mujeres, ambas besándolo con pasión, mientras él las abrazaba y besaba. Anne dio un grito ahogado, mientras lloraba.
-¡¡Eso no es real!!.-
-No niegues la realidad, querida, sabes tan bien como yo que los poderes de este espejo no pueden ser modificados. Esto no miente.-
-¡¡¡Perras malditas!!!.- Anne se tiro al suelo, mientras la chica me tomo del brazo y me empujo fuera de la celda.
-Niña, te aseguro que no es nada personal, solo sigo ordenes.-
-No es la primera vez que escucho eso.-
Había escuchado eso antes. De repente, lo recordé.
-Te aseguro que no es nada personal, es cosa del destino.-
-¿A caso crees en eso?, que patético eres.-
-Entonces, no es la primera vez que te encuentras tan cerca de morir.-
-Eso creo, en realidad no estoy segura, todo lo que viví antes... -Me miro con compasión, pero no dijo nada. Entramos a un salón, el enorme lobo blanco que vi en mi sueño, se encontraba ahí, con grilletes en sus extremidades y un bozal en el hocico. Al verme, empezó a gemir. Lo mire a los ojos... ¡¡Eran los ojos de Johan!!. Los reconocería en cualquier lado, tienen algo especial y único. Me solté de la vampira, y corrí a abrazarme del lobo.
-¡¡Qué mierda le hicieron!!.- Grité desesperada.
-Nada niña, tu amigo es un hombre lobo, ¿no lo sabías?.- En un abrir y cerrar de ojos, tuve a la vampira detrás de mi, sentí su gélido aliento en mi cuello, mi piel se erizó y Johan gruño.-
-¡¡No te acerques a la chica!!.-
-¡¡Eric!!.- Chilló la vampira, aterrada.
-Aléjate de Miranda.- Ella le obedeció.
-¿Estas bien?.- El chico se acerco a mi y me abrazo, yo me aleje de él.
-¿Quién eres?.-
-Soy Eric, ¿no me reconoces?.-
-No.- Sus ojos se congelaron, incrédulos.
-No es posible, tu no me puedes olvidar.-
-Tu eres el chico de mis pesadillas, él que esta ahí para salvarme... Solo sé eso de ti.-
-¿Qué planeas Williams?.- Dijo una voz detrás de nosotros. El mismo infeliz que nos trajo aquí.
-¡¡Hijo de perra!!, ¿qué demonios le hiciste a Miranda?.-
-Nada Williams.-
-¡¡No me recuerda!!. ¿Qué mierda le hiciste?.- El chico se abalanzó encima de el otro sujeto y lo tomo del cuello. Y miraba en silencio, abrazada al lobo.
-La encerré en un laberinto mental, solo eso, ya salió, ¿no la ves?.- Dijo él, mientras se deshacía fácilmente de los brazos de Eric.
-Ella no me recuerda.-
-Lamento decir que eso, no lo hice yo, la chica lo hizo.- Respondio el gran vampiro mirándome a mi.
-Imposible, aún no sabe cómo usar sus poderes.-
-Controló los cuerpos de mis soldados, como si fueran simples marionetas, sin saber nada. Tu princesa no controla sus poderes, lo que no significa que no los vaya a usar.-
-Es imposible.- Repitió Eric.
-Ella bloqueó todo de su mente, cualquier mortal lo hace, ¿acaso nunca has escuchado de los simples humanos que eliminan de su memoria los recuerdos dolorosos?, tu querida princesa sigue siendo humana, Williams, no olvides eso, aún es una mortal, no es lo suficientemente fuerte como para aguantar todo esto. Aún no me explico como pudo mantener la cordura durante tanto tiempo.-
-¡¡Es imposible!!, ¿lo oíste?, es imposible, ella jamás me eliminaría de su memoria, ella me quiere, puedo verlo en su mente, en un recóndito rincón de su cabeza, sabe quien soy, y que esta sucediendo.-
-Lo siento Eric, la chica no te recuerda. ¡¡Guardias!!, llévense a este traidor.- Dos elegantes chicos entraron a la habitación, Eric me miro fijamente, como si estuviera buscando algo en mis ojos desconcertados, al no encontrar nada, miro al lobo, altivo e indomesticable. Los guardias intentaron llevárselo, pero él opuso resistencia, los ataco sorpresivamente, pero eso no duro mucho.
-Eric, Eric, Eric, al parecer, cuando estuviste de mi lado, tu aprendizaje fue nulo, yo puedo hacer cosas peores que tu niñita, sé como controlarte, como manejar tu cuerpo, solo con mirarte.- Eric comenzó a moverse en el suelo, como tuviera convulsiones, fue aterrador.
-¿Aún no te rindes?.-
-¡¡Nunca!!, mientras viva, luchare, luchare por ella, por mi, jamás te dejare descansar.- Esta vez Eric se veía cansado y adolorido, pero había fuego en sus ojos, algo que me decía que todo esto era por mi. No lo podía soportar. Eric se paralizo en el suelo, los guardias lo golpearon y le hicieron beber un extraño brebaje. Sus gritos eran desgarradores, Johan comenzó a aullar, tratando de soltarse de sus cadenas, cosa que no conseguía.
-¡DETENGANSE!, por favor, déjenlo.- Grite yo, con todas mis fuerzas, recuerdos volvían a mi cabeza, tardes en París junto a él, Anne, una chica rubia y otro vampiro rubio, días de risa, otros de persecución...
-Pero, ¿qué ocurre pequeña niña?.-
-Dejalo, por favor, te lo suplico.- El imbécil vampiro se río. Eric recupero la conciencia, corrí junto a él y lo besé, con pasión, era un beso ardiente.
-Miranda, ¿me recuerdas?.-
-Maldición Eric, claro que lo hago, ¡¡al fin lo hago!!. ¡Lo siento!, lo siento por todo.- Dije agitada.
-No es un buen momento para disculpas.- Se acerco a mi oído y me susurro un ''Te amo''.
-¿Crees que lo dejare libre por tu simple pedido?.- Dijo repentinamente el... Vampiro. Eric cayó al suelo inconsciente, los guardias se lo llevaron, mientras yo chillaba, Johan aullaba melancólicamente.
-¡¡Cállense!!. Pronto tendré una nueva alfombra hecha de piel de perrucho, mientras tu, niña fastidiosa, te iras a Dersiat y no saldrás nunca de ahí.-
-¡¡Maldita sanguijuela!!, puedes encerrar mi cuerpo, pero mi alma no, me liberare de alguna forma, y te haré pagar por eso. ¡¡Lo juro!!.- El lobo se convirtió en humano, tuve a Johan desnudo frente a mi. Me abrazó con fuerza.
-Miranda, esto no debió pasar así.- Dijo él.
-Johan, ¡¡Maldita sea!!, ¿POR QUÉ MIERDA TE INVOLUCRASTE EN ESTO?.- Es una abrí y cerrar de ojos, el vampiro tomo a Johan... Y le enterró una daga en el corazón.
-¡¡¡Johan, noooooo!!!.- Corrí junto a él, lo tomé en mis brazos.
-Te... amo...- Dio un suspiro y su cuerpo brilló, luego solo tuve en mis brazos a un cuerpo muerto.
-¡¡Maldito!!.- Concentré todas mis fuerzas y muy pronto me derrumbe en un mar de lagrimas. Mi mejor amigo había muerto injustamente. Esto no se quedaría así.
No se quedaría así.
Hola!! He estado a punto de cerrar el blog, pero gracias a una amiga, no lo hice (Jessy)XD . Este es el ultimo capitulo de la primera parte :S Ojala les guste :D
me gusto muxo!! teni ke seguirla pliss! ke ta dmc buena ...
ResponderEliminarcuidat.
que bueno que no lo cerraste la verdad me hubiera puesto triste ya que me encanta este blog, enserio espere un monton para que volvieras a publicar cuando dijiste que tu compu estaba muerta...
ResponderEliminarY no miento estuve tentada de dejarte de seguir pero dije por que no esperar un poco más, y fue cuando tu volviste a publicar, y recuerda yo SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE SERE UNA FIEL SEGUIDORA....
Amo a tu nove. Enserio....
Y tienes un premio en mi nove, espero que te guste...
Saludos te cuidas.....
HOLAA!!
ResponderEliminar*_* WOOW TU NOVELA ESTA MUUY BIEN! :D ESTOY DESEANDO LEER LA SIGUIENTE PARTE! ME ENCANTA!¡ EN SERIO!!
BESOOOS ;)