Caminar por una ciudad que todavía no conozco bien, no debería ser mi opción para aclarar mis ideas, pero lo es. Creaba teorías sobre el incidente con los chicos. Ninguna parecía razonable, pero ahora, ya no se que creer, nada es lo que parece.
Me acercaba a una calle solitaria, cuando choqué con alguien.
-Lo siento mucho.-
-No, la culpa fue mía.- Respondí yo.
-¿Miranda?.-
-¿Johan?.-
-¡Qué sorpresa encontrarnos aquí!.-
Johan Onell, el chico de mis sueños durante toda mi adolescencia. Pertenecía a mi vida ''normal''. Fuimos novios durante 3 años, hasta que sus padres decidieron mudarse a Europa por motivos que aún desconozco.
Siempre creí que no lo volvería a ver, pero aparecer el mundo es muy pequeño como para mantener a dos personas alejadas por un largo tiempo.
-Te he extrañando demasiado.- Dijo él, mirándome con sus profunda mirada.
-Yo... también. Me has hecho mucha falta.- Mientras yo hablaba, Johan se acercó a mi y me di un abrazo muy fuerte. El contacto con su piel me estremeció, estaba muy... ¿cálido? algo así como afiebrado. Además, había crecido muchísimo, ya no era el chico delgado y que apenas me superaba por dos centímetros, ahora estaba enorme, tenía un cuerpo esbelto, como el de un atleta y hasta donde yo sabía, Johan detestaba los deportes. Fuimos a un Mc Donald. Johan pidió un hamburguesa súper grande con queso extra, papas fritas y un vaso de bebida gigante, yo solo pedí una Coca Cola y papas fritas.
-Woow, que gran estomago tienes ¿Enserio tienes espacio para todo eso?.- Dije mirando toda su comida.
-Por supuesto, soy un chico en pleno proceso de crecimiento. Debo alimentarme bien.-
- Esto no es comer bien, además nadie crece de esa forma comiendo hamburguesas y papas fritas...¿Sabías lo mal que hace inyectarse esteroides?.- Comenté bromeando.
-JaJa, que graciosa.- Fingió sentirse ofendido. -No es mi culpa haber crecido más de la cuenta.- Lo noté un poquito nervioso, si de algo estaba segura, era de que había otra cosa más que un excesivo crecimiento.
-¿Tu haber crecido? Ok, eso es gracioso. ¿Qué tomaste? ¿Hormonas de crecimiento?.-
-No lo hice, ¿quién crees que soy? Aunque por otro lado, quizás tu debieras utilizar esteroides, ¿te has fijado en lo pequeña que estas? apenas y si superas un 1,15 metros.- Ok, es verdad que no me destaco por ser una chica alta, pero al menos medía un digno metro sesenta y siente.
-¡Hey! ¿Qué pasa contigo muchacho? ¡¡No soy una enana!!.-
-¿Segura de eso?.- Se largó a reír de mi, sus risas eran una de las cosas que he extrañado de este chico. Aunque fuera el peor día de todos, él siempre lograba hacerme sonreír. Su chispa contagiosa seguía intacta, a pesar que... Algo raro había en Johan, ¿pero qué?.
-¿Qué ha sido de ti durante todo este tiempo?. No volví a saber más de ti desde que te fuiste, como si nunca hubieras existido.-
-Al llegar aquí me prometí...- Su expresión cambio totalmente, su rostro se torno triste. ¿Qué demonios le causaba esto a mi chico?... Ósea... No es mi chico, ya no, alguna vez lo fue.. pero ¿Acaso aún siento algo por él? No, imposible.
-¿Qué ocurrió? ¿Querías olvidarnos, olvidarme?.- Sentí una opresión en el pecho al decir lo último.
-En cierto modo... Ocurrieron cosas que jamás entenderías, no por ahora al menos. Pero ten por seguro que jamás te he querido olvidar, eres... La única razón por la que decidí...-
-Johan, me estas asustando, ¿puedes explicarte?.- La intriga me comía por dentro.
-Lo siento Miranda, no puedo, no ahora.- Sus palabras se contradecían con lo que me decía su mirada. Sus ojos reflejaban miedo, dolor, conozco perfectamente a Johan como para saber que lo que más deseaba era decirme todo para que lo ayudara, pero debía haber una importante causa para evitar que lo hiciera. Algo más fuerte que cualquier cosa en todo el mundo. Creo que al verlo, me sentí reflejada, vi en él lo que yo soportaba con este secreto... Mi maldito secreto...
-Al menos dame pistas.-
-No puedo... Pero... Te lo diré en algún momento.-
-Promételo.-
-Lo prometo.-
Saqué mi celular para ver que hora era, ¡Qué tarde! Woow!! Que rápido se pasaba el tiempo con Johan... Tení al menos unas veinte llamadas perdidas de Cristina. En otras circunstancias diría que estaba en problemas, pero en este caso, nadie podía castigarme o reprenderme.
-¿Nos podemos juntar mañana?.- Preguntó repentinamente.
-¡¡¡Por supuesto que si!!!.-
-Ok, me quedo claro.-
-Lo siento.- Todos me miraban, mi grito fue bastante estridente.
-Jajajajajajajaja.-
-¿Dónde te paso a buscar?.- No podía decirle que se fuera a meter a una casa llena de vampiros...
-Emmm...-
-O nos podemos juntar en algún lado.-
-Creo que si. ¿Aquí?.-
-Ok ¿A las cuatro p.m?-
-Sip.-
-Bueno, entonces hasta mañana.- Johan me tomó desprevenida, me tomó por la cintura y me acercó a sus labios, aunque hubiera querido alejarme, no hubiera podido, me doblaba en fuerza... Pero no quise alejarme, había algo más poderoso que yo, un sentimiento que me dominaba y que yo creí perdido. Nuestros labios se juntaron en un beso lleno de pasión y desenfreno, tomé su cabello con fuerza para asegúrame que este momento no terminaría tan prontamente. Me quedé sin aliento, jamás había... dado un beso tan intenso.
-Has...ta maña...na.- Dije yo titubeando como una tonta. me entregó una tarjetita con su número telefónico y se marchó sin decirme nada.
Al volver a la realidad, recordé a Eric. Nunca me había sentido tan culpable como ahora. Pensé que en este momento, todo se volvía en mi contra, Eric sabría de inmediato todo lo que acaba de ocurrir, mi mente me traicionaría y me delataría. Entonces recordé que quizás yo podría... bloquear mi mente. ¿Cómo lo haría? No lo sé, todavía no descubro todos mis poderes. Pero era mi única alternativa, eso o sentir la furia de un vampiro de 300 años.
Cuando llegué a casa, todos estaban sentados en el living, Anne cambiaba de canales la televisión, ni siquiera se detenía a ver alguno.
Andrew y Eric jugaban ajedrez sentados en la escalera y Cristina miraba por la ventana...
-Hola chicos.- Dije lo más natural posible.
-Hola Miranda.- Respondió Andrew sin despegar los ojos del tablero.
-¿Quién va ganando?.- Pregunté nerviosa.
-Yo, por supuesto.- Respondió Eric.
-No alardees Williams, sabes mis jugadas antes de que yo las lleve a cabo, ¿no crees qué es injusto?.-
-Eso no te justifica... ¿Miranda?.- Dijo de repente el vampiro.
-¿Q...qué...?.-
-No... No puedo leer tu mente.-
-¿Es es enserio?.- Me alivie al escuchar eso. Al fin tendría privacidad en mi mente, y lo mejor: Eric jamás se enteraría de lo que pasó.
-Si, hablo enserio, no se lo que piensas.- Andrew soltó una carcajada.
-¿De que te ríes?.-
-Quizás has perdido tu poder amigo.- Andrew se mofó de Eric.
-No seas así con él.- Lo reprendió Anne.
-No perdí mi poder, idiota, todavía sé lo que piensan Anne y Cristina, incluso veo lo que hay en tu cabeza hueca.-
-¡Qué chistoso!.- Dijo el vampiro rubio sarcásticamente.
-Yo ya me había hecho ilusiones, creí que al fin tendría privacidad en mi cabeza.- Cristina estaba decepcionada.
-Al menos yo podré mantener mis pensamientos seguros.- Dije sonriendo muy feliz. A Eric no le agradaba la idea de no poder leer mi mente, pero a mi si.
-Lo más probable es que hayas encontrado la manera de bloquear tu mente.-
-Eso es un avance, ahora podremos empezar a...-
-No es necesario ahora.- Dijo algo molesto Eric. Algo iba a decir Andrew, algo de lo que yo no me debía enterar. Ya me estaban molestando los estúpidos secretos, si estaba en estas circunstancias, no era porque yo lo quisiera, al menos creo que es junto poder saber lo relacionado con este tema, ya que estaba segura que todo tenía que ver con esto.
-Lo siento, no debí decir nada.- Dijo el vampiro rubio mientras su mirada iba en mi dirección.
-Idiota.- Dijo por lo bajo Eric.
-¡Hey chicos!.- Bufé molesta. -¿Qué clase de persona creen que soy? ¿Una niña ilusa a la que pueden engañar fácilmente? Pues siento mucho decepcionarlos.-
-¿De qué... rayos hablas Miranda?.- Dijo Andrew sorprendido.
-¡¡Por favor Andrew!! Si me aprecias aunque sea un poco, no me trates como a una idiota, porque... ¡¡¡te juro que no lo soy!!!.-
-¿¡Qué ocurre contigo niña!?.- Gritó histérica Cristina.
-¡¡Nada, absolutamente nada!!. Todos hablan a mis espaldas, esconden cosas de mi, pero no me pasa nada. Eric se comporta de manera extraña cada vez que hablamos, ni siquiera puedo confiar en él, pero no me pasa nada. Mi hermana murió hace cinco meses, no pude decirle lo mucho que la quería, y todo por culpa de unos malditos demonios, pero no me pasa nada. Perdí a mi familia, no pude disculparme con el tonto de mi hermano... ¡¡pero no me pasa nada!! ¿¡¡Qué... mierda creen que soy!!? ¡¡Tengo diecisiete años, maldita sea!! No he vivido 500 años, no soy una vampira, no soy un ángel, NO SOY UNA PRINCESA. Solo soy una chica que quiere volver el tiempo atrás, que desea estar junto a sus amigos, con su familia... ¿Es tan difícil comprender eso? Han vivido 500 años, pero, ¿no son capaces de entender a una chiquilla inmadura? Ustedes son realmente sorprendentes.- Al fin pude liberar todo lo que sentía, lo que pensaba, toda mi furia acumulada pudo salir. Una estúpidas lagrimas salieron de mis ojos, pero no por tristeza, si no por ira, por rabia...
Todos me miraron, pero ninguno se atrevió a decir nada. Salí corriendo como solía hacer últimamente, tratando de huir de ''mi'' realidad.
Metí la mano en el bolsillo de mi chaqueta y recordé que mi querido Johan me había dado su número, marqué los dígitos rápidamente en mi celular y lo llamé.
-Hola Johan, soy Miranda.- Dije algo ofuscada.
-Hola Miranda.-
-¿Podemos juntarnos a la salida del centro comercial?.- Era el único, lugar al que podía llegar inmediatamente sin perderme.
-Ok, ¿qué ocurre?.-
-Mmmmm... Problemas, solo quiero despejarme.-
-Ok, nos vemos ahí.-
-Bye.- Dije finalizando la llamada.
Me monté en la moto de Cristina, esperando que no le moleste y partí al centro comercial. Eran las 8 p.m, estaba lleno de adolecentes que iban de shopping.
Johan estaba sentado en la entrada, se veía genial con esa chaqueta de cuero negro reluciente y esos pantalones ajustados. Nuestros ojos se encontraron. Su dulce mirada me atraía hacía él como un imán.
-Hola princesa.- Dijo...
Hola!!!!!!!!
ResponderEliminarPrimera en comentar...
Ahhhhhhh que Miranda, wowwww impresiono lo que dijo...Ya quiero saber por que Johan le dijo princesa a Miranda, es que sabra algo? o que sera el?, tal ez un angel? o demonio?...
Cuantas preguntas....AAAAAAAAAAAAAH me mata la intriga, ya quiero leer el siguiente capi...
Saludos...