**Capitulo anterior**
Me monté en la moto de Cristina, esperando que no le moleste y partí al centro comercial. Eran las 8 p.m, estaba lleno de adolecentes que iban de shopping.
Johan estaba sentado en la entrada, se veía genial con esa chaqueta de cuero negro reluciente y esos pantalones ajustados. Nuestros ojos se encontraron. Su dulce mirada me atraía hacía él como un imán.
**Capitulo de hoy**
-Hola princesa.- Dijo un sujeto alto y fornido, su tez era blanca como la nieve, estaba casi segura de que era un vampiro, pero ¿aquí?. Johan al ver a aquel tipo cerca mío, se levanto veloz como un rayo y se paro a mi lado.
-¿Algún problema?.- Preguntó Johan caballerosamente, pero de forma amenazante.
-No, ninguno, Johan. Pero debo charlar con Miranda.- Dijo el supuesto vampiro. Ya estaba completamente segura de que él era un ser oscuro, sea vampiro o demonio, solo ellos saben de mi existencia... Ellos y los ángeles del reino de la luz.
-¿Lo conoces?.-
-No. Ni siquiera sé como sabe mi nombre.- Contestó mi amigo.
-Johan Onell, sabes perfectamente de parte de quien vengo y mis motivos.-
-¿Qué ocurre?.- Acababa de salir de casa por que me ocultaban cosas, ahora volví a lo mismo.
-No aquí, esto es entre nosotros, no involucres a la chica.- Dijo Johan poniéndose delante de mí, escudándome.
-Lo lamento Onell, pero la chica tiene relación en esto más de lo que crees.-
-Ella es una simple humana. Déjala ir.- Bufó. Esto me preocupaba, claramente esto era por mi culpa, pero ¿qué rayos tenía que ver Johan en todo esto?.
-Querido Johan, la chica viene.- Dijo autoritariamente el sujeto. - Eso, o, ¿no querrás hacer una escena delante de tantos testigos?.-
-Maldita sanguijuela.- Murmuró Johan... Un momento, ¿Maldita sanguijuela?. Así llamaba Cristina a Eric... ¡Oh por Dios!... Eso era lo que Johan...
-Vamos, mantente a mi lado.-
-¿Qué ocurre?.-
-Te lo diré todo, lo prometo, pero espera un poco.- Johan se alejó un instante para hablar con el vampiro, luego se despidieron agriamente. El vampiro se marchó.
-Miranda, debes decirme todo, confía en mí.- ¡Oh, genial! Me pedía que confiara, pero él no lo hacía.
-¡Hey! Tu debes explicarme lo que acaba de suceder. Me lo prometiste.-
-Miranda, por favor.-
-¡No Johan! ¿No confías en mi? ¡Demonios! Soy Miranda, Miranda Stewart, no una desconocida, eres mi mejor amigo, ¡¡Fuimos novios!! ¿Lo olvidas?.-
-Ya no eres...-
-¿Ya no soy qué? ¿Deje de ser Miranda? Lo que me faltaba, definitivamente este ha sido el peor día de mi vida.- Estaba furiosa, ¿Qué rayos tenía en mundo en contra mío? Primero, el idiota de Eric me trata como a una estúpida y ahora Johan dice no conocerme... Creo que en este momento preferiría estar con el los neófitos de Kai o el ejercito de la oscuridad. Ellos darían lo que fuera por mi cabeza, y yo en este momento daría lo que fuera por dársela. Ahora no me servía de nada. No tenía razón de vivir, ¿para qué? ¿cuál sería mi motivo? No tengo nada, no tengo a nadie.
-Eres la chica del vampiro!!... Cómo rayos no me di cuenta antes!!.- Dijo Johan mientras pensaba en algo... -Maldita sea!! ¿Cómo pudiste hacerme esto?.- Su expresión mostraba que había entendido lo que para él resultaba increíble.
-¿De qué demonios hablas?.-
-No finjas no saber nada, realmente ese papel no te queda.-
-Ok, ¿te diste un golpe en la cabeza?.-
-¡Me guiaste a una trampa!. Tu maldito chupasangres siempre quiso verme muerto, y ahora tu también... No lo puedo creer...-
-Deja de hablar por un minuto, ¿Quieres? No entiendo nada de lo que dices.-
-Dime la verdad. Toda.- ¿Qué verdad quería? No sabía que ocurría ahora, no sabía que relación tiene Eric en todo esto.
-Quieres saber mi secreto?, pues te lo diré.- No sabía por donde empezar, había tanto que decir, tantas cosas que habían pasado... -Para empezar, no tengo ni idea de nada de lo que tu has dicho, a excepción de la existencia de los vampiros. Yo soy una especie de princesa del bien o la luz... El ejercito del mal estaba en mi búsqueda... Mataron a mi hermana...Eric, el maldito chupasangres, me encontró e intentó matarme, pero se arrepintió. Junto con Cristina, mi ángel protector, viajamos hasta acá para que los demonios no acabaran con mi familia... Esa es la verdad. No soy la chica del vampiro, nunca hemos sido novios, soy simplemente yo, Miranda Stewart. Si no crees en mi palabra, siento no poder decirte lo que quieres.- Johan miro su reloj. Al ver la hora, observó la moto.
-¿Qué tan rápido anda esa cosa?.-
-No lo sé, muy rápido.-
-Ok. Miranda, no sé realmente que pensar en este momento, juro que quiero creerte, pero...-
-¡¡Maldita sea!! Johan créeme. Jamás te he mentido, no lo haría, nunca planearía tu muerte. Rayos, ¿te golpeaste muy fuerte la cabeza para suponer semejante idiotez?.-
-Quizás... Tenemos que irnos, si en verdad todo lo que me has dicho es cierto, debemos irnos ahora, o vendrán tus ''amigos'' chupasangres a buscarnos.-
-Ok.- Ambos subimos a la moto. Johan manejaba como un desquiciado.
-Lo siento, disculpa por lo torpe que fui.- Dijo Johan lo suficientemente fuerte para que lo oyera, a pesar del estrepitoso ruido que producía el motor de la moto.
-¿Debería hacerlo?.- Estaba defraudada, nunca pensé que él desconfiaría de mi. Lo hubiera esperado de cualquier persona, menos de él.
-Creo que no, lo merezco.- Mencionó triste.
-Pues en eso tienes razón, no mereces que te disculpe, pero lo haré, solo te pido que confíes en mi.-
-Lo haré.-
-Ahora te toca a ti.-
-¿Aaah?.-
-Debes decirme todo, ¿Por qué estas tu involucrado en todo esto?. Esto no pertenece a tu mundo, es irracional que tu tengas algo que ver con esto.-
-Esto es mi mundo.-
-¿Ya... no eres un simple mortal, cierto?.-
-No, no lo soy.-
-¿Qué eres?.-
-Soy un licántropo.- Me estremecí al escuchar eso. Muchas veces escuche hablar a Andrew y a Eric sobre los licántropos, u hombres lobo, los grandes enemigos de los vampiros, los únicos capaces de aniquilarlos.
-Pero como...- Susurré. ¿Cómo es posible que Johan, el dulce y tierno Johan sea... un monstruo?
-No sé como pasó, fue de forma repentina. Simplemente ocurrió.- No esperaba que me escuchara.
-¿Tu eres un lobo?.- Aún estaba estupefacta. ¿Era posible que todo lo que me rodeaba formara parte de una obra montada para volverme loca? ¿Era realmente posible que los limites de mi imaginación fueran demasiado pequeños como para poder explicarme a mi misma todo lo que estaba pasando ahora?. La lógica parecía no existir. ¿Es que acaso nada era imposible?. Al parecer no.
-No exactamente, ahora no lo soy.- La moto se detuvo cerca... ¿¡Cerca de casa!? Maldición, estaba completamente segura de que nada bueno ocurriría.
Vi a Eric, Andrew y otros chicos, vampiros por supuesto, que no reconocí, acercarse. Bloqueé mi mente, no quería que Eric supiera que yo estaba ahí, aunque si él podía leer la mente de Johan, no tendría ningún sentido.
Tuve miedo de ellos. Los vampiros no son razonables, al menos Eric no lo era. Andrew tenía mucho autocontrol, vivir durante 500 años le ha ayudado, pero solo podía decir eso de él, no conocía a los demás. Temía por Johan, solo era un muchacho, un chico lobo, pero solo tenía 17 años. Lo más probable sería que los vampiros hicieran añicos al lobo antes de que este pudiera defenderse. Pero, ¿yo permitiría eso?. Claro que no, nunca lo permitiría, Johan no era un simple amigo, Johan... Era el chico más importante para mi... Quizás más que Eric...
-No te alejes de mi.- Susurró.
-No lo haré.- Nos bajamos de la moto lentamente, Johan iba delante de mi, de modo protector. Escuché a Eric llamar a Cristina.
-Maldición.- Mascullé.
-¿Qué ocurre?.-
-La moto, es de Cristina.-
-¿Una vampira?.-
-No, un ángel guardián, ya te la había mencionado antes.-
-Reconocerá la moto. Sabrán que estas conmigo. ¡Mierda!.- Dijo frustrado Johan. La idea era que no supieran de mi. Pero lo sabrían de todas formas, en ese preciso momento, estaba llegando el mismo vampiro que nos habló en el centro comercial. Yo me puse al lado de Johan. Andrew y Cristina dirigieron sus miradas en mi dirección, Eric no lo hizo, fijo su mirada en mi acompañante.
-Te vieron.-
-Tranquilo, la chica es Cristina, no te hará daño, el chico...- No me dejo terminar la oración, él lo hizo por mi.
-Es Andrew Salvatore, un vampiro, claro esta.-
-¿Cómo lo conoces?.-
-Te lo diré en otro momento.- Al decir esto, tuvimos a cinco vampiros delante de nosotros, Anne estaba saliendo de la casa en ese instante, se paró junto a Cristina, fuera del porche, ninguna dio señales de querer acercarse a nosotros.
-Que haces con este sujeto.- Dijo lentamente Eric, tratando de mantener la calma, aunque era notorio que lo lo podía conseguir. Fulminó con la mirada a Johan.
-Johan, este sujeto se llama Johan. El es mi amigo.- Los ojos de Eric se volvieron de color rojo oscuro.
-Calmate Eric, ¿quieres?. Esto es lo que tu has conseguido comportándote como un grandísimo imbécil.- Dijo duramente Andrew. -¿Dónde lo conociste?.- Preguntó sereno.
-Desde toda la vida, Andrew, él es mi mejor amigo.- Dije yo.
-Ok.- Andrew miro a Eric, podría jurar que le estaba reprochando algo.
-¿Sabías que nunca terminas de conocer a las personas?. No puedes confiar en nadie.- Dijo fríamente el vampiro aludido.
-Tienes razón en eso, Eric. Todos estamos llenos de sorpresas, como por ejemplo que Johan es un hombre lobo.- Andrew y Eric quedaron pasmados al escucharme, lo más probable es que creyeran que yo ignoraba eso.
Johan que hasta el momento no había abierto la boca, dijo…
AAAAAAAAAAAAAAH que emocion ya quiero saber lo que dira...Espero que publiques muy pronto pero muy muy pronto...
ResponderEliminarJAJAJa...adios..
Saludos..