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martes, 29 de noviembre de 2011

Capitulo 11: Dolor


**Capitulo anterior**
-Tienes razón en eso, Eric. Todos estamos llenos de sorpresas, como por ejemplo que Johan es un hombre lobo.- Andrew y Eric quedaron pasmados al escucharme, lo más probable es que creyeran que yo ignoraba eso.
***Capitulo de hoy***
Johan que hasta el momento no había abierto la boca, habló.
-Nos volvemos a ver, maldita sanguijuela. Quien diría que Miranda pondría sus hermosos ojos en ti, luego de haber sido mi chica.- ¡Oh no! Eric no pudo seguir controlándose, se abalanzo encima de Johan, los otros vampiros se quedaron parados como inútiles sin hacer nada. Johan se transformo delante de mi en un magnífico lobo blanco. Eric parecía una bestia salvaje, me atemoricé, pero no podía permitir que se mataran. Ambos chicos tenían una fuerza brutal, que de seguro me destruiría, pero si algo de conciencia tenían, se detendrían...
-¡¡¡Paren!!! ¿¿No se dan cuenta de que no hay manera de que se dañen si que yo salga herida??.- Me puse en medio, Eric tenía odio en su mirada, odio puro, al igual que Johan, pero se alejaron de mi, si trataban de atacarse, me golpearían, quizás  no sea la mejor forma de pararlos, pero es la única.
Johan no volvió a su forma humana, pero se serenó, se quedo junto a mi. Eric me miro con dolor.
-¿Lo quieres?.- Preguntó repentinamente.
-Si, mucho.- Respondí, al escuchar esto, su rostro mostro dolor desgarrador, era como si le estuvieran enterrando mil dagas de plata en el cuerpo, pero sin matarlo. De cierto modo, me sentí liberada al poder confesar aquello, pero ver a Eric así... ¡¡Maldición!! Estaba confundida nuevamente... ¿Por qué todo lo que me pasa tiene que venir acompañado de confusión y sufrimiento?...
-Entonces no hay nada que hacer.- Su voz se volvió dura y fría, la mirada de odio que le dedicó a Johan, también fue dirigida para mi, pero tras esto, iba oculta rabia, pena, decepción... Todo unido para hacerme sentir como el ser más despreciable de todo el mundo... O al menos eso fue lo que yo sentí... ''Entonces no hay nada que hacer''...
Eric se subió a su convertible negro, cerró la puerta de un golpe y partió a toda velocidad a algún lugar. Los vampiros que lo acompañaban, se marcharon también. Andrew se fue en su camioneta roja rápidamente, siguiendo el rastro de Eric... Anne y Cristina me miraron sin saber que hacer.... Toda esto paso en un abrir y cerrar de ojos. ¿Cómo era posible que el mundo se derrumbara en 5 segundos?. Me quedé congelada cerca del enorme lobo blanco, estaba con las mejillas empapadas, me di cuenta de esto al ver mi rostro reflejado en los ojos de Johan.
-Tranquila, todo pasara.- Dijo Cristina, abrazándome.
-Eric es... Un idiota, nada de esto habría pasado si él nos hubiera escuchado.- Mencionó Anne. Johan movió la cabeza, apoyando lo dicho por mi amiga.
-¿Y ahora qué?.- Estaba claro que yo no podía seguir ahí, no después de todo lo que había ocurrido. No era posible, a menos que tuviera rasgos de masoquista.
-No creo que sea buena idea que estés con Johan.- Mi amigo gruñó. -Sin ofender.- Se disculpó Anne.
-Pero tampoco es buena idea quedarme acá, ¿no se dan cuenta de lo que acaba de pasar? Yo no puedo quedarme.-
-Yo no te puedo dejar sola, si te vas, yo también me voy, donde tu vayas yo estaré, ¿recuerdas qué mi misión es protegerte?.-
-No lo olvido, pero no es justo que tu debas sufrir por mi culpa.-
-¡Miranda! No soy humana, puedo soportar lo que sea.-
Johan se alejó de nosotras, fue hacia los árboles, luego pude escuchar su voz.
-Vendrás conmigo Miranda.-
-Ok lobito, ¿tienes al menos un mínima idea de todo lo que rodea a Miranda? No creo que tu seas capaz de protegerla.-
-Nunca subestimes a un hombre lobo. Puedo ser más fuerte que las sanguijuelas vampíricas, incluso creo que podría ser más fuerte que tu.-
-¡Chicos! cálmense.- Cristina tenía todas las intenciones de atacar a Johan, y este, todas las ganas de defenderse.
-Deberán comportarse si quieren protegerme. No pueden gastar energía luchando entre ustedes, al menos usen un poco de sentido común, ahora tengo un nuevo... enemigo...- Como dolía decir eso. Eric se acababa de marchar, sintiendo odio hacía mi, su estúpido temperamento era más fuerte que él, lo más probable es que busque venganza en contra de Johan... O en mi contra...
-Miranda tiene razón, Eric... Se acaba de ir más que furioso, tu lo conoces tanto como yo, Cristina, él si es capaz de buscar venganza al ver su orgullo herido, su conciencia se verá aplacada por la rabia, el resentimiento y la decepción.- Dijo Anne, ella lo conocía mejor que a si misma, eran amigos hace 3 siglos, lo suficiente para saber la manera en la que él actuaría en una situación así...
-Bueno, sé que tienes razón, pero esto ha ocurrido demasiado rápido, no puedo pensar en un plan, Miranda sigue siendo humana y debe ir a algún lado.-
-Lo único que podemos hacer ahora es esperar que las cosas se calmen. Hablar con Eric sería un suicidio, pero todos saben que Andrew es capaz de controlarlo solo con su mente.- Dijo Anne.
-Eso e irnos a un hotel.- Dijo Cristina mirándome.
-¿Qué ocurrirá contigo Johan?.- El futuro de mi amigo era lo que más me preocupaba en este instante.
-Seguiré tal y como lo he hecho hasta ahora, tu querido chupasangres no se atreverá a atacarme, a menos que no aprecie su miserable vida. Quizás pueda yo parecer más débil que él, pero tengo a mi favor que no puede leer mi mente. No lucharía conmigo sabiendo que ese no es su fuerte.- Quedé atónita, ¿Eric no puede leer la mente de los lobos?.
-¿Es enserio?.-
-Eric no es un muy buen luchador que digamos, todos sus ataques favorables, se deben a que sabe con anticipación los movimientos que usara su contrincante, pero al no poder leer la mente de los lobos, queda en desventaja. Eso no suele suceder, por lo cual nunca se ha preocupado de entrenar.-
-Creo que subiré por mis cosas.- Entré a la casa lentamente, metí todas mis cosas en dos grandes maletas que Anne me dio. Al cerrar la cremallera de la segunda maleta, golpearon la puerta de mi habitación.
-Pase.-
-Soy yo.- Un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar su voz, ¿era posible que...?.
-Eeee...-
-Tranquila, no te haré daño.- Dijo Eric mirándome con sus profundos ojos marrón.
-¿Crees que este es el mejor momento para charlar?. Podríamos al menos esperarnos hasta mañana.- Dije muy nerviosa, todo lo que había ocurrido, estaba ahora en mi cabeza atormentándome.
-No. No podemos esperar hasta mañana.- Aunque su expresión se mantenía dura, sus ojos estaban tranquilos, lo que sea que hizo Andrew con este chico, funcionó.
-Por favor, Cristina me esta esperando, debo irme.-
-¿A dónde? ¿Con el perrucho ese?.- Sus palabras me dolieron.
-No. Aunque no es una mala idea.- Respondí con la misma frialdad con la que él hablaba, debía ser una conversación justa, si yo sufría con sus palabras, él también lo haría con las mías.
-Los licántropos son peligrosos, Miranda, más de lo que te imaginas. Son traicioneros y mentirosos.-
-¿Al igual que tu? ¿Por qué rayos me ocultaste esto?.-
-No te he ocultado nada sobre ese canino.-
-¡Genial! Ahora dirás que no tenías ni la más mínima idea de que Johan era mi amigo. Tu sabías de su existencia, pero me lo ocultaste.-
-Si sabía que era tu amigo, pero no estaba dispuesto a que corrieras un riesgo innecesario estando con él.-
-¡Genial! Pero si puedo correr un riesgo innecesario permaneciendo en una casa con vampiros  siendo yo humana. Hasta ahora Johan no ha sido un problema para mi, él jamás arriesgaría mi vida.- Mis palabras fueron cortantes como navajas, sentí un sabor amargo en la boca, quizás debido a la amargura con la que hablaba.
-No lo sabes.-
-Tu tampoco.-
-¿Das por terminado todo aquí?. Sabes perfectamente que no puedes alejarte de aquí , Los neófitos de Kai y el ejercito de la oscuridad están en tu búsqueda.-
-Lo sé perfectamente, no soy una tonta como lo piensas. Pero Cristina vendrá conmigo, además, tu no eres el único que puede protegerme.-
-Si lo soy.-
-Los neófitos de Kai están buscándome porque ella quiere vengarse de ti. Solo lo digo por si lo habías olvidado.-
-Ok. Como quieras, quédate con tu querido chiguagua, pero al final, veremos quien es mejor.- Desapareció al decir esto. Mi piel se erizó ''Pero al final, veremos quien es el mejor''. ¿A que rayos se refería con eso?. Salí de la casa con mis maletas. Johan ya se había ido, Cristina y yo nos fuimos a un hotel en el centro de la ciudad...

martes, 22 de noviembre de 2011

Capitulo 10: Ataque


**Capitulo anterior**
Me monté en la moto de Cristina, esperando que no le moleste y partí al centro comercial. Eran las 8 p.m, estaba lleno de adolecentes que iban de shopping.
Johan estaba sentado en la entrada, se veía genial con esa chaqueta de cuero negro reluciente y esos pantalones ajustados. Nuestros ojos se encontraron. Su dulce mirada me atraía hacía él como un imán.
**Capitulo de hoy**
-Hola princesa.- Dijo un sujeto alto y fornido, su tez era blanca como la nieve, estaba casi segura de que era un vampiro, pero ¿aquí?. Johan al ver a aquel tipo cerca mío, se levanto veloz como un rayo y se paro a mi lado.
-¿Algún problema?.- Preguntó Johan caballerosamente, pero de forma amenazante.
-No, ninguno, Johan. Pero debo charlar con Miranda.- Dijo el supuesto vampiro. Ya estaba completamente segura de que él era un ser oscuro, sea vampiro o demonio, solo ellos saben de mi existencia... Ellos y los ángeles del reino de la luz.
-¿Lo conoces?.-
-No. Ni siquiera sé como sabe mi nombre.- Contestó mi amigo.
-Johan Onell, sabes perfectamente de parte de quien vengo y mis motivos.-
-¿Qué ocurre?.- Acababa de salir de casa por que me ocultaban cosas, ahora volví a lo mismo.
-No aquí, esto es entre nosotros, no involucres a la chica.- Dijo Johan poniéndose delante de mí, escudándome.
-Lo lamento Onell, pero la chica tiene relación en esto más de lo que crees.-
-Ella es una simple humana. Déjala ir.- Bufó. Esto me preocupaba, claramente esto era por mi culpa, pero ¿qué rayos tenía que ver Johan en todo esto?.
-Querido Johan, la chica viene.- Dijo autoritariamente el sujeto. - Eso, o, ¿no querrás hacer una escena delante de tantos testigos?.-
-Maldita sanguijuela.- Murmuró Johan... Un momento, ¿Maldita sanguijuela?. Así llamaba Cristina a Eric... ¡Oh por Dios!... Eso era lo que Johan...
-Vamos, mantente a mi lado.-
-¿Qué ocurre?.-
-Te lo diré todo, lo prometo, pero espera un poco.- Johan se alejó un instante para hablar con el vampiro, luego se despidieron agriamente. El vampiro se marchó.
-Miranda, debes decirme todo, confía en mí.- ¡Oh, genial! Me pedía que confiara, pero él no lo hacía.
-¡Hey! Tu debes explicarme lo que acaba de suceder. Me lo prometiste.-
-Miranda, por favor.-
-¡No Johan! ¿No confías en mi? ¡Demonios! Soy Miranda, Miranda Stewart, no una desconocida, eres mi mejor amigo, ¡¡Fuimos novios!! ¿Lo olvidas?.-
-Ya no eres...-
-¿Ya no soy qué? ¿Deje de ser Miranda? Lo que me faltaba, definitivamente este ha sido el peor día de mi vida.- Estaba furiosa, ¿Qué rayos tenía en mundo en contra mío? Primero, el idiota de Eric me trata como a una estúpida y ahora Johan dice no conocerme... Creo que en este momento preferiría estar con el los neófitos de Kai o el ejercito de la oscuridad. Ellos darían lo que fuera por mi cabeza, y yo en este momento daría lo que fuera por dársela. Ahora no me servía de nada. No tenía razón de vivir, ¿para qué? ¿cuál sería mi motivo? No tengo nada, no tengo a nadie.
-Eres la chica del vampiro!!... Cómo rayos no me di cuenta antes!!.- Dijo Johan mientras pensaba en algo... -Maldita sea!! ¿Cómo pudiste hacerme esto?.- Su expresión mostraba que había entendido lo que para él resultaba increíble.
-¿De qué demonios hablas?.-
-No finjas no saber nada, realmente ese papel no te queda.-
-Ok, ¿te diste un golpe en la cabeza?.-
-¡Me guiaste a una trampa!. Tu maldito chupasangres siempre quiso verme muerto, y ahora tu también... No lo puedo creer...-
-Deja de hablar por un minuto, ¿Quieres? No entiendo nada de lo que dices.-
-Dime la verdad. Toda.- ¿Qué verdad quería? No sabía que ocurría ahora, no sabía que relación tiene Eric en todo esto.
-Quieres saber mi secreto?, pues te lo diré.- No sabía por donde empezar, había tanto que decir, tantas cosas que habían pasado... -Para empezar, no tengo ni idea de nada de lo que tu has dicho, a excepción de la existencia de los vampiros. Yo soy una especie de princesa del bien o la luz... El ejercito del mal estaba en mi búsqueda... Mataron a mi hermana...Eric, el maldito chupasangres, me encontró e intentó matarme, pero se arrepintió. Junto con Cristina, mi ángel protector, viajamos hasta acá para que los demonios no acabaran con mi familia... Esa es la verdad. No soy la chica del vampiro, nunca hemos sido novios, soy simplemente yo, Miranda Stewart. Si no crees en mi palabra, siento no poder decirte lo que quieres.- Johan miro su reloj. Al ver la hora, observó la moto.
-¿Qué tan rápido anda esa cosa?.-
-No lo sé, muy rápido.-
-Ok. Miranda, no sé realmente que pensar en este momento, juro que quiero creerte, pero...-
-¡¡Maldita sea!! Johan créeme. Jamás te he mentido, no lo haría, nunca planearía tu muerte. Rayos, ¿te golpeaste muy fuerte la cabeza para suponer semejante idiotez?.-
-Quizás... Tenemos que irnos, si en verdad todo lo que me has dicho es cierto, debemos irnos ahora, o vendrán tus ''amigos'' chupasangres a buscarnos.-
-Ok.- Ambos subimos a la moto. Johan manejaba como un desquiciado.
-Lo siento, disculpa por lo torpe que fui.- Dijo Johan lo suficientemente fuerte para que lo oyera, a pesar del estrepitoso ruido que producía el motor de la moto.
-¿Debería hacerlo?.- Estaba defraudada, nunca pensé que él desconfiaría de mi. Lo hubiera esperado de cualquier persona, menos de él.
-Creo que no, lo merezco.- Mencionó triste.
-Pues en eso tienes razón, no mereces que te disculpe, pero lo haré, solo te pido que confíes en mi.-
-Lo haré.-
-Ahora te toca a ti.-
-¿Aaah?.-
-Debes decirme todo, ¿Por qué estas tu involucrado en todo esto?. Esto no pertenece a tu mundo, es irracional que tu tengas algo que ver con esto.-
-Esto es mi mundo.-
-¿Ya... no eres un simple mortal, cierto?.-
-No, no lo soy.-
-¿Qué eres?.-
-Soy un licántropo.- Me estremecí al escuchar eso. Muchas veces escuche hablar a Andrew y a Eric sobre los licántropos, u hombres lobo, los grandes enemigos de los vampiros, los únicos capaces de aniquilarlos.
-Pero como...- Susurré. ¿Cómo es posible que Johan, el dulce y tierno Johan sea... un monstruo?
-No sé como pasó, fue de forma repentina. Simplemente ocurrió.- No esperaba que me escuchara.
-¿Tu eres un lobo?.- Aún estaba estupefacta. ¿Era posible que todo lo que me rodeaba formara parte de una obra montada para volverme loca? ¿Era realmente posible que los limites de mi imaginación fueran demasiado pequeños como para poder explicarme a mi misma todo lo que estaba pasando ahora?. La lógica parecía no existir. ¿Es que acaso nada era imposible?. Al parecer no.
-No exactamente, ahora no lo soy.- La moto se detuvo cerca... ¿¡Cerca de casa!? Maldición, estaba completamente segura de que nada bueno ocurriría.
Vi a Eric, Andrew y otros chicos, vampiros por supuesto, que no reconocí, acercarse. Bloqueé mi mente, no quería que Eric supiera que yo estaba ahí, aunque si él podía leer la mente de Johan, no tendría ningún sentido.
Tuve miedo de ellos. Los vampiros no son razonables, al menos Eric no lo era. Andrew tenía mucho autocontrol, vivir durante 500 años le ha ayudado, pero solo podía decir eso de él, no conocía a los demás. Temía por Johan, solo era un muchacho, un chico lobo, pero solo tenía 17 años. Lo más probable sería que los vampiros hicieran añicos al lobo antes de que este pudiera defenderse. Pero, ¿yo permitiría eso?. Claro que no, nunca lo permitiría, Johan no era un simple amigo, Johan... Era el chico más importante para mi... Quizás más que Eric...
-No te alejes de mi.- Susurró.
-No lo haré.- Nos bajamos de la moto lentamente, Johan iba delante de mi, de modo protector. Escuché a Eric llamar a Cristina.
-Maldición.- Mascullé.
-¿Qué ocurre?.-
-La moto, es de Cristina.-
-¿Una vampira?.-
-No, un ángel guardián, ya te la había mencionado antes.-
-Reconocerá la moto. Sabrán que estas conmigo. ¡Mierda!.- Dijo frustrado Johan. La idea era que no supieran de mi. Pero lo sabrían de todas formas, en ese preciso momento, estaba llegando el mismo vampiro que nos habló en el centro comercial. Yo me puse al lado de Johan. Andrew y Cristina dirigieron sus miradas en mi dirección, Eric no lo hizo, fijo su mirada en mi acompañante.
-Te vieron.-
-Tranquilo, la chica es Cristina, no te hará daño, el chico...- No me dejo terminar la oración, él lo hizo por mi.
-Es Andrew Salvatore, un vampiro, claro esta.-
-¿Cómo lo conoces?.-
-Te lo diré en otro momento.- Al decir esto, tuvimos a cinco vampiros delante de nosotros, Anne estaba saliendo de la casa en ese instante, se paró junto a Cristina, fuera del porche, ninguna dio señales de querer acercarse a nosotros.
-Que haces con este sujeto.- Dijo lentamente Eric, tratando de mantener la calma, aunque era notorio que lo lo  podía conseguir. Fulminó con la mirada a Johan.
-Johan, este sujeto se llama Johan.  El es mi amigo.- Los ojos de Eric se volvieron de color rojo oscuro.
-Calmate Eric, ¿quieres?. Esto es lo que tu has conseguido comportándote como un grandísimo imbécil.- Dijo duramente Andrew. -¿Dónde lo conociste?.- Preguntó sereno.
-Desde toda la vida, Andrew, él es mi mejor amigo.- Dije yo.
-Ok.- Andrew miro a Eric, podría jurar que le estaba reprochando algo.
-¿Sabías que nunca terminas de conocer a las personas?. No puedes confiar en  nadie.- Dijo fríamente el vampiro aludido.
-Tienes razón en eso, Eric. Todos estamos llenos de sorpresas, como por ejemplo que Johan es un hombre lobo.- Andrew y Eric quedaron pasmados al escucharme, lo más probable es que creyeran que yo ignoraba eso.
Johan que hasta el momento no había abierto la boca, dijo…

martes, 15 de noviembre de 2011

Capitulo 9: Reencuentro


Caminar por una ciudad que todavía no conozco bien, no debería ser mi opción para aclarar mis ideas, pero lo es. Creaba teorías sobre el incidente con los chicos. Ninguna parecía razonable, pero ahora, ya no se que creer, nada es lo que parece.
Me acercaba a una calle solitaria, cuando choqué con alguien.
-Lo siento mucho.-
-No, la culpa fue mía.- Respondí yo.
-¿Miranda?.-
-¿Johan?.-
-¡Qué sorpresa encontrarnos aquí!.-
Johan  Onell, el chico de mis sueños durante toda mi adolescencia. Pertenecía a mi vida ''normal''. Fuimos novios durante 3 años, hasta que sus padres decidieron mudarse a Europa por motivos que aún desconozco.
Siempre creí que no lo volvería a ver, pero aparecer el mundo es muy pequeño como para mantener a dos personas alejadas por un largo tiempo.
-Te he extrañando demasiado.- Dijo él, mirándome con sus profunda mirada.
-Yo... también. Me has hecho mucha falta.- Mientras yo hablaba, Johan se acercó a mi y me di un abrazo muy fuerte. El contacto con su piel me estremeció, estaba muy... ¿cálido? algo así como afiebrado. Además, había crecido muchísimo, ya no era el chico delgado y que apenas me superaba por dos centímetros, ahora estaba enorme, tenía un cuerpo esbelto, como el de un atleta y hasta donde yo sabía, Johan detestaba los deportes. Fuimos a un Mc Donald. Johan pidió un hamburguesa súper grande con queso extra, papas fritas y un vaso de bebida gigante, yo solo pedí una Coca Cola y papas fritas.
-Woow, que gran estomago tienes ¿Enserio tienes espacio para todo eso?.- Dije mirando toda su comida.
-Por supuesto, soy un chico en pleno proceso de crecimiento. Debo alimentarme bien.-
- Esto no es comer bien, además nadie crece de esa forma comiendo hamburguesas  y papas fritas...¿Sabías lo mal que hace inyectarse esteroides?.- Comenté bromeando.
-JaJa, que graciosa.- Fingió sentirse ofendido. -No es mi culpa haber crecido más de la cuenta.- Lo noté un poquito nervioso, si de algo estaba segura, era de que había otra cosa más que un excesivo crecimiento.
-¿Tu haber crecido? Ok, eso es gracioso. ¿Qué tomaste? ¿Hormonas de crecimiento?.-
-No lo hice, ¿quién crees que soy? Aunque por otro lado, quizás tu debieras utilizar esteroides, ¿te has fijado en lo pequeña que estas? apenas y si superas un 1,15 metros.- Ok, es verdad que no me destaco por ser una chica alta, pero al menos medía un digno metro sesenta y siente.
-¡Hey! ¿Qué pasa contigo muchacho? ¡¡No soy una enana!!.-
-¿Segura de eso?.- Se largó a reír de mi, sus risas eran una de las cosas que he extrañado de este chico. Aunque fuera el peor día de todos, él siempre lograba hacerme sonreír. Su chispa contagiosa seguía intacta, a pesar que... Algo raro había en Johan, ¿pero qué?.
-¿Qué ha sido de ti durante todo este tiempo?.  No volví a saber más de ti desde que te fuiste, como si nunca hubieras existido.-
-Al llegar aquí me prometí...- Su expresión cambio totalmente, su rostro se torno triste. ¿Qué demonios le causaba esto a mi chico?... Ósea... No es mi chico, ya no, alguna vez lo fue.. pero ¿Acaso aún siento algo por él? No, imposible.
-¿Qué ocurrió? ¿Querías olvidarnos, olvidarme?.- Sentí una opresión en el pecho al decir lo último.
-En cierto modo... Ocurrieron cosas que jamás entenderías, no por ahora al menos. Pero ten por seguro que jamás te he querido olvidar, eres... La única razón por la que decidí...-
-Johan, me estas asustando, ¿puedes explicarte?.- La intriga me comía por dentro.
-Lo siento Miranda, no puedo, no ahora.- Sus palabras se contradecían con lo que me decía su mirada. Sus ojos reflejaban miedo, dolor, conozco perfectamente a Johan como para saber que lo que más deseaba era decirme todo para que lo ayudara, pero debía haber una importante causa para evitar que lo hiciera. Algo más fuerte que cualquier cosa en todo el mundo. Creo que al verlo, me sentí reflejada, vi en él lo que yo soportaba con este secreto... Mi maldito secreto...
-Al menos dame pistas.-
-No puedo... Pero... Te lo diré en algún momento.-
-Promételo.-
-Lo prometo.-
Saqué mi celular para ver que hora era, ¡Qué tarde! Woow!! Que rápido se pasaba el tiempo con Johan... Tení al menos unas veinte llamadas perdidas de Cristina. En otras circunstancias diría que estaba en problemas, pero en este caso, nadie podía castigarme o reprenderme.
-¿Nos podemos juntar mañana?.- Preguntó repentinamente.
-¡¡¡Por supuesto que si!!!.-
-Ok, me quedo claro.-
-Lo siento.- Todos me miraban, mi grito fue bastante estridente.
-Jajajajajajajaja.-
-¿Dónde te paso a buscar?.- No podía decirle que se fuera a meter a una casa llena de vampiros...
-Emmm...-
-O nos podemos juntar en algún lado.-
-Creo que si. ¿Aquí?.-
-Ok ¿A las cuatro p.m?-
-Sip.-
-Bueno, entonces hasta mañana.- Johan me tomó desprevenida, me tomó por la cintura y me acercó a sus labios, aunque hubiera querido alejarme, no hubiera podido, me doblaba en fuerza... Pero no quise alejarme, había algo más poderoso que yo, un sentimiento que me dominaba y que yo creí perdido. Nuestros labios se juntaron en un beso lleno de pasión y desenfreno, tomé su cabello con fuerza para asegúrame que este momento no terminaría tan prontamente. Me quedé sin aliento, jamás había... dado un  beso tan intenso.
-Has...ta maña...na.- Dije yo titubeando como una tonta. me entregó una tarjetita con su número telefónico y se marchó sin decirme nada.
Al volver a la realidad, recordé a Eric. Nunca me había sentido tan culpable como ahora. Pensé que en este momento, todo se volvía en mi contra, Eric sabría de inmediato todo lo que acaba de ocurrir, mi mente me traicionaría y me delataría. Entonces recordé que quizás yo podría... bloquear mi mente. ¿Cómo lo haría? No lo sé, todavía no descubro todos mis poderes. Pero era mi única alternativa, eso o sentir la furia de un vampiro de 300 años.
Cuando llegué a casa, todos estaban sentados en el living, Anne cambiaba de canales la televisión, ni siquiera se detenía a ver alguno.
Andrew y Eric jugaban ajedrez sentados en la escalera y Cristina miraba por la ventana...
-Hola chicos.- Dije lo más natural posible.
-Hola Miranda.- Respondió Andrew sin despegar los ojos del tablero.
-¿Quién va ganando?.- Pregunté nerviosa.
-Yo, por supuesto.- Respondió Eric.
-No alardees Williams, sabes mis jugadas antes de que yo las lleve a cabo, ¿no crees qué es injusto?.-
-Eso no te justifica... ¿Miranda?.- Dijo de repente el vampiro.
-¿Q...qué...?.-
-No... No puedo leer tu mente.-
-¿Es es enserio?.- Me alivie al escuchar eso. Al fin tendría privacidad en mi mente, y lo mejor: Eric jamás se enteraría de lo que pasó.
-Si, hablo enserio, no se lo que piensas.- Andrew soltó una carcajada.
-¿De que te ríes?.-
-Quizás has perdido tu poder amigo.- Andrew se mofó de Eric.
-No seas así con él.- Lo reprendió Anne.
-No perdí mi poder, idiota, todavía sé lo que piensan Anne y Cristina, incluso veo lo que hay en tu cabeza hueca.-
-¡Qué chistoso!.- Dijo el vampiro rubio sarcásticamente.
-Yo ya me había hecho ilusiones, creí que al fin tendría privacidad en mi cabeza.- Cristina estaba decepcionada.
-Al menos yo podré mantener mis pensamientos seguros.- Dije sonriendo muy feliz. A Eric no le agradaba la idea de no poder leer mi mente, pero a mi si.
-Lo más probable es que hayas encontrado la manera de bloquear tu mente.-
-Eso es un avance, ahora podremos empezar a...-
-No es necesario ahora.- Dijo algo molesto Eric. Algo iba a decir Andrew, algo de lo que yo no me debía enterar. Ya me estaban molestando los estúpidos secretos, si estaba en estas circunstancias, no era porque yo lo quisiera, al menos creo que es junto poder saber lo relacionado con este tema, ya que estaba segura que todo tenía que ver con esto.
-Lo siento, no debí decir nada.- Dijo el vampiro rubio mientras su mirada iba en mi dirección.
-Idiota.- Dijo por lo bajo Eric.
-¡Hey chicos!.- Bufé molesta. -¿Qué clase de persona creen que soy? ¿Una niña ilusa a la que pueden engañar fácilmente? Pues siento mucho decepcionarlos.-
-¿De qué... rayos hablas Miranda?.- Dijo Andrew sorprendido.
-¡¡Por favor Andrew!! Si me aprecias aunque sea un poco, no me trates como a una idiota, porque... ¡¡¡te juro que no lo soy!!!.-
-¿¡Qué ocurre contigo niña!?.- Gritó histérica Cristina.
-¡¡Nada, absolutamente nada!!. Todos hablan a mis espaldas, esconden cosas de mi, pero no me pasa nada. Eric se comporta de manera extraña cada vez que hablamos, ni siquiera puedo confiar en él, pero no me pasa nada. Mi hermana murió hace cinco meses, no pude decirle lo mucho que la quería, y todo por culpa de unos malditos demonios, pero no me pasa nada. Perdí a mi familia, no pude disculparme con el tonto de mi hermano... ¡¡pero no me pasa nada!! ¿¡¡Qué... mierda creen que soy!!? ¡¡Tengo diecisiete años, maldita sea!! No he vivido 500 años, no soy una vampira, no soy un ángel, NO SOY UNA PRINCESA. Solo soy una chica que quiere volver el tiempo atrás, que desea estar junto a sus amigos, con su familia... ¿Es tan difícil comprender eso? Han vivido 500 años, pero, ¿no son capaces de entender a una chiquilla inmadura? Ustedes son realmente sorprendentes.- Al fin pude liberar todo lo que sentía, lo que pensaba, toda mi furia acumulada pudo salir. Una estúpidas lagrimas salieron de mis ojos, pero no por tristeza, si no por ira, por rabia...
Todos me miraron, pero ninguno se atrevió a decir nada. Salí corriendo como solía hacer últimamente, tratando de huir de ''mi'' realidad.
Metí la mano en el bolsillo de mi chaqueta y recordé que mi querido Johan me había dado su número, marqué los dígitos rápidamente en mi celular y lo llamé.
-Hola Johan, soy Miranda.- Dije algo ofuscada.
-Hola Miranda.-
-¿Podemos juntarnos a la salida del centro comercial?.- Era el único, lugar al que podía llegar inmediatamente sin perderme.
-Ok, ¿qué ocurre?.-
-Mmmmm... Problemas, solo quiero despejarme.-
-Ok, nos vemos ahí.-
-Bye.- Dije finalizando la llamada.
Me monté en la moto de Cristina, esperando que no le moleste y partí al centro comercial. Eran las 8 p.m, estaba lleno de adolecentes que iban de shopping.
Johan estaba sentado en la entrada, se veía genial con esa chaqueta de cuero negro reluciente y esos pantalones ajustados. Nuestros ojos se encontraron. Su dulce mirada me atraía hacía él como un imán.
-Hola princesa.- Dijo...

viernes, 11 de noviembre de 2011

Capitulo 8:¿Yo vampira?

-Esto no puede seguir así.- Dijo Cristina desde la otra habitación.
-¿A qué te refieres?.-Pregunto Eric.
- Lo sabes muy bien, ¿no?, estás leyendo mi mente en este momento.-
-Si, sé de que hablas.- Hubo un instante de silencio. Yo me encontraba en mi habitación, despertando con la discusión de los chicos.
-Creo que debemos hacer algo, Miranda merece llevar una vida lo más normal posible.-
-¿Crees que no lo sé? Cada vez que miro sus ojos veo tristeza, en su cabeza no hay más que recuerdos de su familia. Su mayor deseo es poder regresar a la normalidad, pero ambos sabemos que no es posible.-
-Al menos podríamos intentarlo, llevar una vida como el común de la gente.-
-¡Oh! Pero que grandiosa idea, un trío de seres sobrenaturales y una princesa son un grupo de personas muy común.- Dijo sarcásticamente Eric.
-Ok señor sabelotodo, solo decía esto por el bien mental de Miranda, que por si lo olvidabas, sigue siendo una chica de 17 años.- Cristina salió de la habitación del lado dando un portazo.
¿Es qué Eric y Cristina jamás estarán de acuerdo?
- Lo siento.- Dijo Eric sentado al borde de mi cama, me asuste al verlo ya que no me había percatado de su presencia.
-¿Por qué te disculpas?.-
-Por todo. Tu deberías estar en tu hogar, con tu familia, yendo a la preparatoria, saliendo con amigos, no aquí.-
-Pues...- Un nudo en mi garganta se iba formando y unas obstinadas lagrimas salieron de mis ojos, corriendo por mis mejillas como pequeños riachuelos.
-¿Extrañas a tus padres?.- Pregunto repentinamente.
-Si, y lo sabes.-
-Quería estar seguro de que lo reconocerías.-
-Ya lo hice.- ¿Cómo negar algo que al parecer todos sabían? Era algo imposible.
-Es verdad.- Dijo Eric para si mismo.
-¿Hay una forma de dejar de ser princesa?.-
-¿Qué?.- Aquella pregunta lo tomo desprevenido, algo sorprendente, tomando en cuenta que él sabe antes que yo lo que diré.
-¿Nadie te ha dicho que pienses bien lo que vas a decir?.-
-Si, creo que lo había escuchado, pero con un chico que lee mentes como tu, es preferible no pensar nada.-
-Si...-
-¿Si qué?.-
-Si hay una forma de que dejes de pertenecer al reino del bien, o al menos, evitarlo por un tiempo, pero jamás permitiría que tu lo hicieras.-
-¿Cuál es esa forma?.- Estaba demasiado intrigada y quería saber cual podría ser mi posible solución a mi problema.
-¡No es una solución!.-
-Dilo ya.-
-Esta bien.- Dijo molesto - Solo siendo una vampira podrás alejarte de tu destino.-
-¿Vampira?.-
-Si, pero ni siquiera pienses en esa posibilidad.-
-¿Por qué?.-
-¿Me preguntas por qué?, Miranda somos monstruos, no tenemos alma, jamás arruinaría tu existencia condenándote a una maldición de por vida.-
-Hey, detente ahí, ¿cómo sabes que no posees alma?.-
-Pertenezco a la oscuridad, al mal, mi alma ya no existe, desapareció en el momento en el que me convertí en esta maldita bestia. En cambio tu perteneces a la luz , tu alma es pura.-
-¿Quién dice?.-
-Eres la heredera del trono del reino del bien. Eso es suficiente.-
-No para mi, antes de princesa, soy una mortal, cometo errores, no siempre hago cosas buenas.-
-¿No te vas a conformar hasta tener la última palabra, aún sabiendo que yo tengo razón?.-
-No, no me conformaré, y...- Entonces entró Andrew a la habitación.
-Lamentó interrumpir.-
-¿¡Es qué en 500 años aún no aprendes a golpear antes de entrar!?.- Andrew y Eric se miraron, ambos se rieron de mi.
-¿Qué pasa?.-
-Como si no lo supieras.- Comentó algo inquieto Andrew.
-Eric si, pero yo no, ¿qué sucede?.-
-Nada de tu importancia.- Respondió Eric con dureza.
-En realidad, es algo sin importancia, nada que te involucre.- Dijo el vampiro de ojos claros, tratando de calmar el ambiente, que de un momento a otro se había vuelto tenso inexplicablemente.
-Ok.- Por supuesto que no me tragué ni media palabra de lo que dijeron, al menos no después de la reacción de Eric, que suele mantenerse calmado en mi presencia.
-Bien, te espero abajo.- Luego Andrew se acercó a mi y me dio un abrazo, algo que jamás había hecho, después salió de la habitación.
-¿Qué rayos me ocultan?.-
-¡Nada! Ya te lo dije, son asuntos de Andrew.-
-¿Crees que soy una estúpida? Ser una mortal no es sinónimo de ingenua.- Dije molesta.
-Iremos a un retiro espiritual. ¿Contenta?.- Uso su maldito tono sarcástico.
- Pues quizás ahí aprendas que mentir es un pecado y que creerme idiota por ser una simple chica humana es algo que ¡NO SOPORTO!.- Salí de la habitación furiosa, abajo se encontraba Anne y Andrew hablando casi en susurros, al verme, callaron.
-¿Qué te pasa Miranda?.- Preguntó extrañada Anne.
-Nada que no se pueda solucionar.-  Dije indiferente, no quería decir nada más, estaba segura que si entraba en detalles explotaría, desquitándome con quienes no tienen la culpa.
-Tranquila, siento que Eric se comporte como un idiota, pero sé que no es su intención.-
-Siempre tiene una justificación ¿no?.- Dijo Cristina entrando en la escena.
-Eso es verdad.- Dije mientras me dirigía a mi habitación. Me senté en el balcón y vi todo lo que me rodeaba, un hermoso paisaje no tan lejano a la ciudad, una casa ubicada en el mejor lugar. Todo lo que siempre quise, ahora lo puedo tener con solo pedirlo, vivo en Francia, en una enorme mansión, pero aún así me siento vacía. ¿De qué me sirve todo si estoy sola?...

Hola!! :) He vuelto a escribir al fin. En serio, lamento muxo el no haber podido publicar un capitulo antes,  pero  mi compuse exo a perder y apenas y si podia escribir algunas cosas desde la escuela :/ Ahora intentare no dejar de escribir...
Ojala les guste el nuevo capitulo, pronto subire otro :D
Bye!! Cuidense muxooooooo!!!