Tic
tac, tic tac, el tiempo avanza sin parar, tic tac. Hace ya 2 días Andrew sigue
perdido en sus pensamientos, tic tac, no hay solución.
Si
no tengo nada que hacer aquí, entonces creo que lo mejor es irme e indagar en
otro lado. Busqué el medallón de Anne y lo utilice para regresar a Dersiat.
Aunque arriesgo toda mi existencia en este viaje, es lo único que puedo hacer,
eso o acabar con mis propias manos con la vida de Francisco y Miranda para no
hacerlos sufrir más. Es inútil creer que mejoraran sin ayuda del inframundo, diría
que imposible. Ningún remedio de Andrew hará mucha diferencia cuando el poder
utilizado para dejar así a los chicos fue completamente distinto.
Volví
a pisar el maldito laberinto. Esta vez estaba derrumbado, hecho polvo, el paso
de los ángeles de la Luz es evidente, varias plumas blancas y perfumadas aún
permanecen suspendidas en el aire. Esto es lo que me temía, hace muy poco
estuvieron por aquí, quizás algunas horas, si me encuentran, no volveré a
París, me liquidaran antes de que pueda dar un suspiro, así funciona, yo rapté
a su princesa, mate a sus ángeles, mande de vuelta a su princesa a la Tierra,
me convertí en un vampiro, traté de matar a la heredera de la antigua princesa,
volvía raptar a la futura heredera del trono, me enamoré de ella, maté a su
ángel guardián... He hecho muchas cosas que me condenarán por el resto de mi
existencia, la que no durara mucho si me llego a topar con algún celestial
soldado.
Di
un rodeo, caminando por el lado opuesto de donde venían las plumas. Reconocí el
lugar a pesar del deterioro y la falta de árboles... Es el mismo bosque donde
hace muchos años atrás deje ir a la abuela de Miranda, Alice... ¿Qué pensaría
si viera a su bisnieta enamorada de mi? Sería extraño... Miranda podría ser mi
bisnieta, yo pude ser el esposo de Alice, pudimos tener una vida normal en la
Tierra, pero se me fue de las manos, tuve que haber huido con ella, yo no era
más que un humano con poderes, ¿qué me detuvo? Las expectativas de una gloria
que nunca llego.
Entré
al castillo y recorrí cada recoveco. Vacio. ¡Ja! No debí esperar otra cosa, los
ángeles de la Luz ya estuvieron aquí, destruyeron todo lo que pudiera
pertenecer a la Oscuridad, partiendo por los libros y los antídotos. ¡Qué bien!
Si supieran que la única posibilidad de vivir de su princesa estaba aquí.
¡Maldita sea!. Maldita sea todo. Grité con todas mis fuerzas, grité y golpee
las paredes con mis puños ¿Qué más da si me encuentran? ¡¡Que me maten de una
puta vez!! Que acaben conmigo para siempre, es lo que me merezco por dejar
morir a Miranda, por haber extinguido todo lo que alguna vez amé.
-¡¡Vengan
por mi ángeles de la Luz!! Soy su peor pesadilla. Vengan y quítenme el alma si
es que aún tengo una. ¿Acaso no son tan valientes ahora?-
-Si
no dejas de gritar, de verdad pensaré en matarte.- Una delicada voz habló desde
mi espalda.
-¿Por
qué no lo haces?-
-No
esta en mis manos hacerlo.- Me giré y vi a una niña, no tenía más de 12 años,
suave piel olivácea y cabello oscuro con bonitos ojos claros.
-¿Quién
eres?- Miró atentamente mi cara y me preguntó de vuelta.
-¿Quién
crees tu?-
-Si
supiera ¿crees que lo preguntaría?-
-Soy
alguien ''amarrada'' al castillo, tu me trajiste aquí, ¿no me recuerdas?- La
observé detenidamente, una nube nubla mis recuerdos aunque estoy casi seguro de
que la he visto. Entonces reconocí la
cicatriz de su mejilla, yo mismo se la hice.
Casi
trescientos años atrás, una terrible matanza ocurrió, todos los seguidores de
Laurent estaban empecinados en acabar con la princesa y al no saber que había
logrado escapar de este mundo, decidieron exterminar a todas las jóvenes entre
10 y 18 años con rasgos que creían similares a los de Alice. De entre esa
multitud de muchachas se hallaba ella, nunca supe su nombre pero ahora recuerdo
bien su rostro, tenía las facciones más suaves, piel brillante e inocencia en
el brillo de sus ojos ahora opacos. Shinoweth estaba completamente seguro de
que esta niña era Alice, por lo que ordenó su captura y me envió a mi para el
cometido. Creía que ese sería un buen escarmiento para mi, ver morir a mi
querida Alice, sin saber que era la equivocada. Laurent tomó el control de mi
mente y asi atrape a la niña, la traje aquí y el resto no es un grato momento.
Su muerte fue macabra, cuando me di cuenta de lo sucedido, intenté de salvar a
la chica, pero ya era demasiado tarde. Solo había una cosa que podía hacer por
ella, liberar su cuerpo para que Laurent no la convirtiera en algún ser
diabólico como solía hacer con sus enemigos. Lo logré, pero su alma quedo en el
castillo, por lo visto nunca logro llegar al cielo.
-Deberías
alegrarte, moriré en castigo por mis errores.-
-No
me alegro Eric, sé por qué estas aquí, y sé que eres el único que puede ayudar
a revivir a Miranda.-
-¿Cómo
sabes todo eso?- Mi especialidad es leer mentes, pero jamás en espectros y no
tenía conocimiento de que ellos si pudieran hacerlo.
-Porque
he visto a la princesa y te he visto a ti, sé que Laurent le arrebató la mitad
de su alma.-
-¿Qué?
No es posible. ¿La mitad de su alma?-
-Si,
a ella y a su hermano, es extraño que hayan logrado llegar tan lejos sin la
mitad de su ser.-
Si
es cierto, solo queda una cosa por hacer.
-¿Ya
has llegado a la conclusión?-
-Llevarla
a donde pertenecen.-
-Deben
ir al Reino de la Luz, no hay otra opción.-
Excelente!
ResponderEliminarEric debe de hacer lo correcto, y si hacer lo correcto es llevas a Miranda y a Fancisco al Reino de la Luz, debe de hacerlo, sin en verdad la ama, debe dejarla ir, para que ella se salve.
Pobre niña, debió sufrir demasiado, aun su alma no ha sido liberada, que sufrimiento, pero al parecer no le tiene rencor, ya que ella lo puede hacer cambiar de opinión, esperemos que tome una decisión correcta y rápida, el tiempo se esta agotando...
Publica pronto, quiero saber que pasara.
Te cuidas:)
HASTA PRONTO♥!