El
peso que ha estado sobre mi durante este
largo tiempo ha desaparecido lentamente, aunque claramente estoy mal, supongo
que el hecho de luchar y entregarme a Laurent me convirtió en un montón de
cenizas. Bueno, quizás exagero, pero mi rostro reflejado en los ojos de Andrew
parece el de un cadáver.
''Ya
no puedes hacer nada para salvarla'' Dijo Eric anoche. Pude oír un doloroso
sollozo de Destiny. ''No hay solución'' Eso solo significa que la inconsciencia
que me mantuvo presa durante estas semanas solo fue un pequeño anticipo de lo
que pronto sucederá. Moriré y nadie hará nada para evitarlo... Un rostro brilló
en mi mente, mi pequeño hermano Francisco, él esta amarrado a mi, su vida y la
mía penden del mismo hilo. ¡No! Yo no debo morir, no si Francisco lo hace
también.
-No te preocupes
por mi, guarda tus fuerzas para luchar por tu propia existencia.-
-Sigues pensando tonterías
niño, mi existencia ya no tiene la menor importancia, es un detalle irrelevante.-
-Eres una idiota.-
-No me trates como
si no te importara, sé que tienes miedo, no dejare que tu vida se extinga por
mi causa, aunque eso signifique entregar mi alma a la Oscuridad.-
-Simplemente deja
de ser la heroína de la historia, procura mantener latiendo tu corazón que yo
me preocupare del mío.-
Los
ácidos pensamientos de mi hermano hicieron un extraño efecto en mi, aún asi
seguiré firme en mi elección.
Andrew
y Eric entraron al cuarto. Ambos me observan en silencio, saben que los veo,
pero estoy en un estado casi inerte, sé que Eric intenta leer mi mente inútilmente,
he bloqueado todo contacto con él, deseo hacerle fácil la separación, no
pretendo ser una heroína, solo quiero que nadie sufra. Doy por hecho que mi
existencia esta a punto de finalizar, ¿Cuánta esperanza podría tener alguien
que ha escapado de la muerte en varias ocasiones? Algún día tenía que pasar, no
puedo huir por siempre.
-¿Es...
lo única salida?- La inseguridad de Andrew es más que notoria, sea lo que sea
que vaya a ocurrir, o puede ser bueno.
-Si,
tu mismo me lo aconsejaste, no lo olvides.- Luego de hablar, se acerco al borde
de mi cama y se sentó, apretando mi mano contra sus labios.
-Espero
que no te arrepientas.- Musitó Andrew antes de salir de la habitación.
-Querida
princesa, solo espero que entiendas mi decisión... Te amo...- Su boca rozo la
mía despacio, una lagrima salada golpeó mi mejilla, los ojos de Eric estaban
inundados. Quise responderle, decirle que no se preocupara por mi, que yo
estaría bien en donde sea que fuese a llegar mi alma después de muerta, que
pronto ya no estaría aquí sufriendo pero no podía abrir la boca, es como si la
hubieran sellado firmemente con aguja e hilo. Entonces desbloquee mis
pensamientos. Mientras estuviera junto a él nada me importaría, ni siquiera la
muerte, no pido nada más que permanecer junto a Eric hasta el final, no
alejarme de él hasta que mi alma haya partido...
-Miranda,
no... Lo siento, no puede ser asi, debo guardar silencio.- Besó mi frente y
salió sin decir nada más. ¿Qué? Solo dijo ''Lo siento'' ¿y qué rayos siente? él
no es el culpable de esto, no desde mi punto de vista, no desde ningún ángulo,
solo Eric podría seguir mortificándose.
Algo
me hacía intuir que un plan había detrás del silencio de Eric, pero no quería
indagar, ahora sería solo un problema sin solución, si no puedo hacer o decir
nada, muy poco importara que lo sepa.
Pasaron
largas horas antes de que volviera a escuchar otra voz que no fuera la mente de
Francisco. Esta vez, logré hablar.
-Dime
que planeas.-
-Hola
Miranda.-
-Habla
de una vez.- Dio un largo suspiro, su expresión me provocó tristeza.
-Te
llevaremos a tu Reino.-
-¿Qué?-
-Es
lo único que puedo hacer por ti.-
No,
no puede ser cierto, yo no quiero ir allá ¡No quiero! La cabeza me comenzó a
dar vueltas debido a la desesperación.
-Sé
que no quieres ir, pero si de eso depende tu vida, prefiero alejarte de mi para
siempre.-
Completamente
enfurecida, mi vista se nubló. Cualquier cosa antes que ir a un mundo donde él
no va a estar.
-Me
olvidaras, te lo aseguro, como Alice ya lo hizo.-
-Me
lo prometiste.-
-¿Ah?-
-Prometiste
jamás dejarme ir.-
-Te
estas muriendo.-
-¿¡Y
qué!? Tu palabra no tiene valor entonces.-
-Tu
no entiendes nada. Esto es más duro de lo que parece.-
-Te
odio.- Volví a bloquear mi mente, cerré mis ojos con fuerza e ignoré cada frase
dicha por Eric. Esta rompiendo su promesa, ese no es mi lugar, yo no soy una
princesa, soy una vampira, prácticamente un ser oscuro.
-...Espero
que logres entenderme... Al menos piensa en Francisco.- Apenas pude captar las
últimas palabras que dijo antes de cerrar la puerta. Francisco. Lo único que me
mantiene viva ahora es lo único que me obliga a aceptar ir al Reino de la Luz.
A nuestro Reino.
Y
simplemente no quiero.