-Miranda, ¿me oyes?.- Katherine estaba junto a mi. Un olor a rosas, manzana verde y canela la rodeaba. Podía oír todo, cada pequeño movimiento fue captado por mis agudos oídos. Mi olfato percibía una gran variedad de aromas, pero aún no veía nada, no me atrevía a abrir los ojos... Pero... ¿Qué rayos me pasa?, hasta hace unas horas estaba hecha cenizas. Me mantuve quieta, mientras trataba de encontrar algún indicio que indicara esto era cierto. En mi pecho, en el lugar donde debería estar un órgano latiendo, solo se sentía un hueco frío.
Un aroma exquisito llegó. Una mescla dulce y deleitante, pero un poco picante.
Auch. Mi garganta ardía.
-Tal vez... no debí hacerlo. Lo siento.- La chica dio un suspiro. Yo abrí los ojos, expectante.
-Hola Kate.- Mi voz sonaba fina.
-¡Miranda!, has sobrevivido.-
-¿Qué me pasó?.- Estaba un poco aturdida con mi voz y el ardor de mi garganta.
-Yo... Bueno...-
-Habla de una vez.- Exigí exasperada.
-Miranda, eres una vampira, ya no eres humana.-
-¿Qué?.- Es... imposible. ¡No!.
-Laurent te dejo moribunda, no podía permitir que murieras. No tuve otra opción que transformarte. Lo siento.- ¿Soy un vampiro?, monstruo de las sombras, chupasangres, sanguijuela... No es posible.
-Pero ahora... Moriré de todos modos.-
-No es así, eres fuerte.-
-No lo creo.- El dolor de mi garganta era insoportable, estaba completamente sedienta, pero de sangre. Entonces una sensación de fuerza me lleno. Ahora no moriría tan fácilmente, soy poderosa ahora, puedo... Ahora puedo luchar contra Laurent, al menos lo suficiente para distraerlo, solo eso, luego podría al menos permitir que Kate huyera.
Me aleje de Katherine por su seguridad, mi carácter es inseguro, puedo explotar de ira en cualquier momento y mi fuerza sobrehumana de neonata la podría destruir.
Sentí los pesados pasos de Shinoweth acercándose, sentí su olor a... Tierra, humo y muerte. Al entrar a nuestro encierro, esbozó una leve sonrisa y se acerco a mi.
-Al fin has muerto, Miranda, sabía que pronto dejarías de luchar contra lo inevitable.-
-Te equivocas.- Dije, mientras mis colmillos rozaban mis labios. Shinoweth estaba sorprendido.
-No es posible.- Balbuceo.
-Si lo es.- Replico Kate al otro lado de la celda.
-Mir...-Un ruido estrepitoso nos paralizo a todos. Duras rocas rompiéndose, crujidos y chillidos. ''Eric''.
Con un paso ligero y elegante, se acercaba el o la vampiro. se detuvo a centímetros de la puerta.
-¡Eric!.- Di un grito, que fue callado por Shinoweth, quien me sostuvo y me paralizó.
-¡No des ni un solo paso Williams, o esta chiquilla pagara las consecuencias!.- Eric apuño sus manos y profirió un gruñido amenazador, pero obedeció. Entonces su rostro se colerizó, era una viva imagen de la furia.
-¡Su corazón no late!, ¡la transformaste!.- Laurent se movió ágilmente, esquivando el golpe que había lanzado Eric.
-Pensé que no lo notarías.- Comentó sarcásticamente.-Miranda decidió su fin, pero no me culpes a mi, yo no la hubiera dejado viva, su sangre era apetitosa, no me hubiera controlado.-
-¿Entonces quién?.-Bufó.
-Mira a tu alrededor, no estamos solos.- Dirigió su vista a Kate.
-¡Katherine!.- Exclamó con dolor.
-Lo siento.- Cuando esta trato de pararse, Laurent la paralizó, Kate estaba en el suelo, agitándose de manera terrorífica. De repente la presión invisible que me mantenía inmóvil desapareció, yo me solté de Laurent y Eric lo golpeo en pleno rostro. Kate dejo de moverse.
-Miranda, ¡sal de aquí!.- No acaté su orden, me moví rápidamente atrás de Laurent, quería vengarme por todo el dolor que me había provocado. Había visto lo horrible que era ser mordido por otro vampiro, sin pensarlo, clavé mis colmillos en Shinoweth, sentí la ponzoña ingresando a su cuerpo, él chillaba. Eric y Kate me miraban estupefactos.
-¿De verdad crees que tu inútil veneno funcionara conmigo, tal como yo lo hice con Katherine?.- Preguntó Laurent, agitado.
-¡¡Váyanse, ahora!!.- Increpo Eric.
-Nunca.- Dije entre dientes. Prometí vengar la muerte de Johan, ese era mi objetivo, lo que había mantenido a mi débil corazón latiendo, lo que ahora me hacía desear seguir, a pesar de ser un monstruo sediento. Deseaba ver la sangre de Laurent correr como la sangre que se derramo del cuerpo de Johan, aunque esto fuera imposible.
No sabía si mis poderes aún funcionaban, pero concentre todas mis fuerzas en un solo punto, la había hecho antes, sin siquiera saber como.
Laurent estuvo a punto de atacar a Eric, cuando su cuerpo dejo de moverse. ¡Increíble!.